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Tratamiento de lo inadecuado

Actualizado: 1 dic 2019



Paul Ruano Nieto

Psicología - Psicoanálisis

Centro Ambulatorio de Salud Mental












En el ámbito del trabajo clínico en salud mental, muchas veces nos enfrentamos a manifestaciones patológicas, que generan padecimiento en quienes consultan y que han permanecido a través de largos períodos de tiempo, sea de una manera continua o como modificaciones en cuanto a su presentación, que no equivalen a diferencias en el núcleo originario del síntoma.

En consecuencia, actualmente se hacen esfuerzos para que los tratamientos adquieran un carácter complementario entre las disciplinas enfocadas en el bienestar físico, mental y emocional. Evidencia de ello, es la iniciativa generada en el Centro Ambulatorio de Salud Mental; un equipo de profesionales: Psiquiatras, neurólogos, psicólogos y psicoanalistas, que hemos tomado, como un elemento central del trabajo, la comunicación permanente de las perspectivas que cada uno tiene sobre la intervención clínica y los lineamientos a seguir a lo largo del tratamiento.

De esta manera, se ha conseguido, entre otras cosas, que cada paciente sea asesorado, de manera personalizada en lo que respecta a los criterios más convenientes para su tratamiento, que se reduzca la sensación de contradicción entre los profesionales con quien consulta e incluso que algunos tiempos relacionados con su proceso de curación, sean más cortos.

La perspectiva psicoanalítica ofrece, en primera instancia, un lugar de escucha activa, en donde la persona pueda construir un relato acerca de aquello que le genera padecimiento, las relaciones y efectos que esto tiene sobre su vida, priorizando lo que él mismo pueda decir sobre eso, más allá de la visión profesional que identifica rasgos, conductas, modos de reacción y manifestaciones patológicas.

Adicionalmente, pero a partir de lo mencionado anteriormente, se enfoca en el abordaje de las condiciones afectivas que han dado lugar a la formación y sostenimiento del malestar expresado sintomáticamente.

Así planteado el marco del tratamiento, es posible observar como el malestar psíquico interviene en todos los aspectos de la vida cotidiana de quien lo padece y que muchas veces, la cronificación del mismo es el resultado de un intento fallido de adaptar esas condiciones a su día a día; mientras que en otras ocasiones, la persona se enfrenta a la repetición incomprensible de resultados que no desea en lo emocional, en el trabajo, en la familia; y la sensación permanente de que “los demás no tienes problemas como estos, viven tranquilos y superan sus dificultades fácilmente”, como afirmaba una persona en consulta hace poco.

Lo afectivo, entendido como aquello que “afecta”, que deja una huella que se convierte en el punto de partida para construir nuestras formas de interpretación de la realidad, de reaccionar frente a las vivencias, de afrontar nuestras pérdidas o de aferrarnos a los objetos de amor; es en el fondo lo que no es capaz de adecuarse más allá de la singularidad más íntima y por tanto, lo que requiere ser atendido como aquello imposible de eliminar, pero capaz de afectarnos de otra forma, de ser asumido como parte de nuestro ser pero desde un lugar distinto.

Es la palabra de quien consulta y las imbricaciones a las que ella conduce, la principal herramienta de trabajo en el tratamiento psicoanalítico, es eso lo que finalmente puede producir una alteración subjetiva aliviadora, que se potencia y permanece si el tratamiento de los demás aspectos de la salud mental puede confluir en el objetivo común de reducir el padecimiento de cada persona que llega a la consulta.

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