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Medidas dietéticas para retrasar el envejecimiento

Actualizado: 31 may 2023


Un artículo publicado en Cell en 2013 resumió por primera vez los indicadores moleculares del envejecimiento en mamíferos. El artículo tuvo un gran impacto y sirvió como un mapa de conocimiento sobre el envejecimiento.


Se está avanzando de manera significativa en la ralentización del envejecimiento, con tres nuevos indicadores moleculares de procesos medibles y gestionables que aceleran o ralentizan el deterioro asociado a la edad, así como patologías relacionadas con la edad. Estos hallazgos están más cerca que nunca de ser aplicados en adultos mayores.


Actualmente, la dieta es la forma más accesible de intervención, pero es conveniente aclarar mitos y realidades actuales.¹


Un barómetro de interés en el tema es que se han publicado aproximadamente 300,000 artículos sobre el envejecimiento desde 2013, que es tantos como se publicaron durante el siglo anterior. Además, se han realizado casi 80 experimentos con mamíferos, incluidos los humanos, que confirman que las intervenciones en el proceso de envejecimiento pueden prevenir, retrasar e incluso evitar enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer.


María A. Blasco, MD, directora científica del Centro Nacional de Investigación del Cáncer, líder internacional en investigación de telómeros y coautora del estudio,¹ señaló que los avances espectaculares en los últimos años para aumentar la longevidad de los organismos modelo, incluso en mamíferos, indican que será importante desarrollar estrategias racionales para intervenir en el envejecimiento humano.


Ochenta intervenciones experimentales


El artículo verifica las conclusiones del análisis realizado hace una década. Ahora hay mucha más inversión, y estamos más cerca de aplicar los conocimientos básicos a nuevas formas de tratar enfermedades.


Los investigadores identificaron nueve indicadores de envejecimiento, señales moleculares que marcan el progreso del proceso y sobre las cuales fue posible actuar para prolongar la vida.


También apuntan a cuatro causas principales del envejecimiento: inestabilidad genómica, acortamiento de los telómeros, alteraciones epigenéticas y desequilibrio entre la síntesis y degradación de proteínas. Estos son procesos fuertemente interconectados. El envejecimiento es el resultado de su acción conjunta, por lo que hay múltiples formas de actuar sobre el proceso fisiológico del envejecimiento.


El nuevo estudio incluye una tabla con casi 80 intervenciones experimentales recientes con mamíferos (en su mayoría ratones) que sugieren que es posible prolongar la vida o tratar enfermedades asociadas a la edad. Algunos de esos estudios se refieren a seres humanos; otros investigan cómo retrasar el envejecimiento a través de la dieta. Actuar sobre la dieta es una de las formas más accesibles de intervenir en el envejecimiento humano.


Las intervenciones dietéticas están relacionadas con un indicador clave del envejecimiento: la desregulación del mecanismo de detección de nutrientes. Este mecanismo es la sofisticada red de señales moleculares que alertan a todos los mamíferos de que hay comida disponible.


Los sensores de nutrientes son objetivos terapéuticos para posibles medicamentos contra la longevidad, pero los beneficios para la salud y la extensión de la vida útil también podrían lograrse a través de intervenciones dietéticas. Sin embargo, los resultados obtenidos en esta línea en nuestra especie aún no están claros, los ensayos clínicos basados en la restricción dietética en humanos se complican debido al mal cumplimiento, aunque sugieren efectos positivos sobre la inmunidad y la inflamación.


Expertos señalan que la evidencia indica que ciertos tipos de dieta en estudios de cohortes de población se asocian con una menor incidencia y prevalencia de ciertas enfermedades.


La dieta mediterránea ha demostrado en diferentes estudios estar asociada con un menor riesgo cardiovascular (ictus, cardiopatía isquémica, dislipidemia) y un menor riesgo de deterioro cognitivo, especialmente debido a su componente vascular.


Comer nueces y almendras se asocia con menor dislipidemia. Una dieta rica en fibra también se asocia con menos patología digestiva colónica, como estreñimiento y especialmente cáncer de colon. Una dieta baja en carnes grasas y rica en frutas y verduras se asocia con menos enfermedades de próstata, mama y colon. Una dieta con una ingesta adecuada de proteínas está relacionada con una mejor masa muscular en todas las edades, y una dieta rica en productos de calcio, como nueces y productos lácteos, está relacionada con una mejor masa ósea y menos osteoporosis y sus consecuencias.


En la actualidad no existe ningún estudio que vincule algún tipo de dieta con una mayor longevidad, aunque a la vista de estos datos, parece lógico que una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, verduras con proteínas de origen animal, preferiblemente pescado o carne blanca, evitando el exceso de carne roja y su componente de calcio en forma de frutos secos y productos lácteos, se asociaría con un mejor envejecimiento libre de enfermedades.


Indicadores de envejecimiento


El artículo amplía los indicadores de envejecimiento de nueve a 12 (inestabilidad genómica, desgaste de los telómeros, alteraciones epigenéticas, pérdida de proteostasis, macroautofagia inactivada, desregulación de la detección de nutrientes, disfunción mitocondrial, senescencia celular, agotamiento de las células progenitoras hematopoyéticas, alteración de la comunicación intercelular, inflamación crónica y desequilibrios en el microbioma), que son procesos medibles que cambian con el envejecimiento del organismo y que, cuando se manipulan experimentalmente, inducen una aceleración o, por el contrario, una interrupción, incluso una regresión, del envejecimiento.

Cada uno de estos indicadores debe considerarse un punto de entrada para la exploración futura del proceso de envejecimiento, así como para el desarrollo de nuevos medicamentos antienvejecimiento.


Hace una década, se reconoció que el acortamiento de los telómeros estaba en el origen de las enfermedades relacionadas con la edad. Ahora se enfatiza que la generación de modelos de ratón con telómeros cortos ha demostrado que el desgaste telomérico está en el origen de enfermedades prevalentes asociadas a la edad, como la fibrosis pulmonar y renal.


El presente estudio revisa nuevas intervenciones para retrasar el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad que actúan sobre los telómeros. Por ejemplo, la activación de la telomerasa a través de una estrategia de terapia génica ha mostrado efectos terapéuticos en modelos de ratón de fibrosis pulmonar y anemia aplásica.


Dado que la dieta es actualmente el elemento más accesible para retrasar el envejecimiento, los investigadores refutan los mitos más extendidos que circulan sobre la alimentación y la longevidad.


Respecto a los lácteos se dice que el yogur no es útil para las personas mayores, ya que ellas no tienen enzimas adecuadas para digerir el yogur y que este se recomienda sólo para niños o jóvenes que están creciendo. No es cierto. Los productos lácteos no son importantes por sus proteínas, sino por su contenido de calcio y vitamina D, elementos fundamentales en todas las edades, pero especialmente en el envejecimiento, donde hay pérdida ósea secundaria al envejecimiento en sí y un mayor riesgo de osteoporosis y fracturas asociadas. Especialmente en los ancianos, la trágica fractura de cadera se asocia con una alta morbilidad y mortalidad.


Otro mito es que no es bueno comer fruta con las comidas. Debido a su rico contenido en antioxidantes y vitaminas, es un alimento fundamental de la dieta mediterránea. Los antioxidantes de cualquier tipo (frutos secos, verduras, frutas, etc) son sin duda los componentes más importantes contra el envejecimiento patológico (ictus, infarto de miocardio, demencia, etc). Puede ser cierto que se pueden digerir más fácilmente si se comen fuera de las comidas, pero lo importante es que se coman cuando sea.


Con respecto al hecho de que los azúcares en las legumbres y el pan son dañinos, no es cierto. Además del azúcar, las legumbres contienen fibra y otros antioxidantes muy importantes, al igual que el pan. La diferencia es la cantidad, como en todos los alimentos. Se deben evitar los azúcares refinados, como la bollería, las bebidas azucaradas, etc., ya que están directamente relacionados con las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.


La carne roja y el pescado, incluido el pescado azul, son ricos en proteínas y vitamina B, así como en hierro y, por lo tanto, son necesarios.


Como siempre, es la cantidad que debe limitarse, especialmente la carne roja, no tanto el pescado azul. Se recomienda reducir la carne roja y reemplazarla por carne blanca, ya que las primeras son ricas en grasas saturadas que producen más colesterol.

Otra frase que circula por ahí es que el vino es comida. El vino en pequeñas cantidades, una copa en el almuerzo y la cena, es beneficioso debido a su poder antioxidante, pero en más de estas cantidades, el poder negativo del alcohol predomina sobre sus beneficios.


Referencia


  1. Carlos López-Otín, María A. Blasco, Linda Perdiz, Manuel Serrano, Guido Kroemer, Características del envejecimiento: Un universo en expansión. Cell. 2023: 186 (2) P243-278. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cell.2022.11.001


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