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EOSINOFILIA: ¿Solo se presenta en alergias e infecciones parasitarias?






Ramiro Salazar Irigoyen

Médico Patólogo Clínico





Los eosinófilos son leucocitos que forman parte del sistema inmunitario y participan activamente en la respuesta del organismo frente a las reacciones alérgicas, el asma, y la infección por parásitos.


La eosinofilia se define como un recuento de eosinófilos en sangre periférica mayor a 500/mcL. Las causas son innumerables y pueden ser primaria de un trastorno hematológico o secundaria reactiva a una manifestación alérgica o infección parasitaria, que representan la inmensa mayoría de casos.


La cifra de eosinófilos en sangre periférica se interpreta en base al recuento total y no el porcentaje.

  • Normal: entre 50 y 500 eosinófilos por ul

  • Leve: los valores están entre 500 y 1500 eosinófilos totales por µl.

  • Moderado: 1500 a 5000

  • Grave: mayor a 5000/ul


El aumento del porcentaje de eosinófilos sin incremento del número total se denomina eosinofilia relativa y no debe interpretarse de manera única porque puede tratarse de una leucopenia fisiológica.


La eosinofilia leve no es causa de síntomas, pero la moderada (≥ 1500) puede producir lesiones orgánicas por la inflamación del tejido y la liberación por los eosinófilos de las citocinas y quimiocinas si el aumento es persistente. Los órganos más afectados son el corazón, los pulmones, la piel y el sistema nervioso.


La eosinofilia grave con recuentos mayores de 100.000, por ejemplo, en leucemia eosinófila, las complicaciones se dan cuando forman agregados que ocluyen los vasos sanguíneos pequeños y causan isquemia tisular y microinfartos, que pueden complicarse con encefalopatía, disnea o insuficiencia respiratoria.


La eosinopenia es cuando el número es menor de 50 eosinófilos totales y las causas más frecuentes son: la administración de glucocorticoides sistémicos, síndrome de Cushing, infecciones víricas o bacterianas como la fiebre tifoidea.


El síndrome hipereosinófilo idiopático se caracteriza por eosinofilia con disfunción orgánica relacionada con el número aumentado de eosinófilos en pacientes que no tienen enfermedad parasitaria, alérgica, un trastorno de la hematopoyesis u otras causas de eosinofilia.


Según el mecanismo fisiopatológico, la eosinofilia se clasifica en primaria, secundaria o idiopática.


Eosinofilia primaria: Aparecen dentro del contexto de neoplasias hematológicas:

  • Leucemia eosinofílica crónica.

  • Leucemia mieloide aguda.

  • Leucemia linfoide aguda de células B.


La leucemia eosinofílica crónica es una neoplasia mieloproliferativa crónica causada por la proliferación clonal autónoma de los eosinófilos de apariencia normal. Los pacientes presentan síntomas y signos de anemia y trombocitopenia y en el laboratorio se muestran un recuento absoluto de eosinófilos mayor a 1500 con blastos en la médula ósea del 5% al 19%. Si no se demuestra anormalidad clonal o blastos elevados no sería una leucemia eosinofílica y el síndrome hipereosinofílico idiopático es el diagnóstico apropiado.


La mastocitosis sistémica con eosinofilia: es una enfermedad causada por la acumulación de mastocitos funcionalmente defectuosos, asociada con mutaciones de KIT (a menudo KIT D816V) en la mayoría de los pacientes. Se observa una erupción cutánea característica y síntomas gastrointestinales además de hepatoesplenomegalia. El diagnóstico de Laboratorio se realiza mediante la observación de densos infiltrados de mastocitos en la médula ósea o en órganos extracutáneos y se confirma mediante la elevación de triptasa sérica y la detección de una mutación positiva para KIT D816V.


Eosinofilia secundarias:


Son las más frecuentes y las causas principales son:


Las infecciones por parásitos. En fases iniciales de la parasitemia la eosinofilia suele ser importante y luego disminuye o vuelven a la normalidad aún sin resolución de la parasitosis, por esta razón la ausencia de eosinofilia no descarta esta patología.


Enfermedades alérgicas (dermatitis atópica/eccema, asma y rinitis alérgica). Estas eosinofilias generalmente son leves y desaparecen con el control de la condición que la produjo.


Otras causas menos frecuentes de eosinofilia secundaria son:


  • Fármacos: penicilinas, macrólidos, cefalosporinas, quinolonas, , ranitidina, omeprazol, aspirina, penicilinas, carbamazepina, las sulfamidas y otras, pueden aumentar la cantidad de eosinófilos en sangre mientras se están administrando. Los pacientes con reacciones eosinófilas por medicamentos pueden ser asintomáticos o presentar diversas manifestaciones: nefritis intersticial, enfermedad del suero, ictericia colestásica, vasculitis por hipersensibilidad y las adenopatías inmunoblásticas.

  • Enfermedades infecciosas: virus (VIH), bacterianas como la fiebre tifoidea y micosis sistémica de manera esporádica.

  • Enfermedades dermatológicas no alérgicas como el síndrome de Wells o celulitis eosinofílica (dermatitis granulomatosa recurrente con eosinofilia).

  • Enfermedades gastrointestinales: esofagitis eosinofílica primaria, gastritis eosinofílica primaria, colitis eosinófilica primaria, pancreatitis crónica, enfermedad inflamatoria intestinal, celiaquía. La esofagitis eosinofílica se caracteriza por vómitos y disfagia. Para confirmar el diagnóstico la biopsia debe mostrar al menos 15 eosinófilos por campo.

  • Vasculitis: Granulomatosis eosinofílica con poliangeitis (síndrome de Churg – Strauss).

  • Lupus eritematoso sistémico, fascitis eosinofílica y artritis reumatoide.

  • Enfermedades pulmonares: neumonías eosinofílicas agudas y crónicas (incluido el síndrome de Löffler).

  • Enfermedad de injerto (aguda o crónica) tras trasplante de células madre.


El síndrome hipereosinofílico se caracteriza por una hipereosinofilia de al menos 6 meses de duración sin causa parasitaria, alérgica o hematológica tumoral y cursa con lesión tisular de pulmón, corazón, piel y tejido nervioso. Afecta predominantemente a varones, ya que tiene un origen genético por alteración del gen de fusión FIP1L1 - PDGFRA que es mayoritario en hombres. Se sospecha este síndrome en personas que presentan trastornos tromboembólicos y los análisis de sangre repetidos muestran que el número de eosinófilos está por encima de los valores normales, se confirma el diagnóstico cuando en la biopsia se observan eosinófilos en los órganos.


Pueden aparecer otros síntomas adicionales a la formación de coágulos de sangre como: pérdida de peso, fiebre, diaforesis nocturna, cansancio, tos, dolor torácico, inflamación, erupciones cutáneas, debilidad, confusión y coma.


DIAGNÓSTICO DE EOSINOFILIA


El diagnóstico se realiza inicialmente con una biometría hemática. En general el aumento de eosinófilos es leve o moderado en las formas secundarias y los eosinófilos tienen un tamaño y una forma normal. Además, son transitorias, mientras que las eosinofilias graves son persistentes (más de seis meses) y a menudo hay alteraciones morfológicas de la célula.


Si no se sospecha una causa alérgica o farmacológica sobre la base de los hallazgos físicos, deben solicitarse muestras de heces fecales para buscar parásitos, en caso de resultados negativos y de acuerdo a cuadro clínico y persistencia de eosinofilia se deben realizar estudios parasitarios adicionales: biopsia de músculo en sospecha de triquinosis, biopsias tisulares para buscar filarias o aspirados duodenales para descartar Strongyloides.


Otras pruebas diagnósticas específicas dependen de los hallazgos clínicos: si además de la eosinofilia sin causa conocida los pacientes tienen adenopatías generalizadas, esplenomegalia, o síntomas sistémicos se debe prestar mayor atención a cualquier alteración del frotis de sangre periférica o un aumento de la concentración sérica de vitamina B12, que sugiere un trastorno mieloprofilerativo y puede ser útil un aspirado y biopsia de médula ósea, con estudios citogenéticos. Los eosinófilos activados en sangre periférica de un paciente con síndrome hipereosinofílico muestran aclaramiento citoplasmático, displasia nuclear y presencia de formas inmaduras.


Si existen infiltrados pulmonares se sospecha de síndrome eosinófilo que incluye un espectro de manifestaciones clínicas caracterizadas por eosinofilia periférica e infiltrados pulmonares eosinófilos.


En los casos de afectación de órganos diana, según la presentación, se deben realizar al menos un panel metabólico y un perfil hepático.


En conclusión, la eosinofilia se diagnostica por el recuento total de eosinófilos y no por el porcentaje, la elevación persistente debe ser correctamente investigada porque tiene múltiples causas que incluye trastornos hematológicos malignos.

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