María Belén Mena
Universidad Central del Ecuador, Red DIME
Cecilia Falconí
Red DIME
Mantenerse actualizado en terapéutica no es sencillo, y esta situación ha empeorado durante la pandemia de COVID-19. Estamos sometidos a un verdadero bombardeo de información, muchas veces contradictoria, que puede abrumar al mejor de los lectores.
¿Cómo pueden las y los profesionales de la salud darse tiempo para revisar toda la información que reciben? ¿Cómo buscar, interpretar y utilizar esta información?
DIME es un proyecto regional ejecutado desde el año 2013 por ocho países sudamericanos (Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Costa Rica, República Dominicana, México y El Salvador). Nació como una iniciativa para ayudar a los países participantes a obtener y comparar información de alta calidad acerca de medicamentos de alto costo.
En su página web (http://www.proyectodime.info/dime/que-es-dime/) se pueden encontrar herramientas para buscar evidencias sólidas sobre la calidad, seguridad y eficacia de medicamentos; tutoriales sobre cómo buscar precios e información sobre patentes; guías metodológicas para realizar evaluaciones y resúmenes acerca de varios medicamentos de alto costo que se consumen en la región. También se publican protocolos, consensos y boletines independientes.
Cuanto se desató la pandemia, el proyecto reaccionó preparando información en español sobre los ensayos clínicos en marcha y los impactos de las intervenciones farmacológicas y no farmacológicas disponibles, que será útil para ayudar a las autoridades sanitarias y a los profesionales de la salud, a tomar decisiones apropiadas. Los documentos han sido seleccionados por profesionales de medicina, farmacología, epidemiología, estadística y economía, y están publicados en el portal http://www.proyectodime.info/medicamentos-observados/covid-19/. También se incluye información sobre el ensayo global SOLIDARITY, junto con indicaciones para participar en el mismo, desde cualquier hospital o centro de atención. Además, el repositorio cuenta con un análisis sobre los precios internacionales de los medicamentos que se están utilizando para el tratamiento de COVID-19, que puede encontrarse en el vínculo http://pensamiento.unal.edu.co/cp-medicamentos/.
El análisis de toda esta documentación permite concluir que todavía no existe evidencia robusta sobre el beneficio de los tratamientos farmacológicos propuestos a nivel mundial. Existen algunas alternativas para el manejo de pacientes complicados que no están en cuidados críticos, como el plasma convaleciente, algunos anticuerpos monoclonales y el interferón beta; y debe acopiarse más información sobre el rol de las heparinas de bajo peso molecular y los corticoides en la fase temprana de la enfermedad. El uso de terapias farmacológicas, en especial los antimaláricos, los anticuerpos monoclonales y el plasma convaleciente, debe realizarse en el marco de ensayos clínicos registrados, para su mejor seguimiento y evaluación.
También se debe analizar la evidencia sobre las intervenciones de salud pública no farmacológicas, como el uso de mascarillas, qué pruebas diagnósticas utilizar y en qué circunstancias y cómo implementar estrategias de confinamiento que se adapten a las circunstancias y necesidades de las personas y sus comunidades. Los países deben dar seguimiento a las alertas de desabastecimiento, a la aparición de medicamentos falsificados y a la información disponible sobre precios de medicamentos y dispositivos médicos a nivel global.
La crisis sanitaria global ha ratificado la importancia de promover la ciencia, el acceso abierto a los conocimientos y la colaboración para acelerar la investigación y desarrollo de tratamientos e intervenciones de salud pública, y para facilitar el acceso de toda la población a los beneficios de estas intervenciones. El proyecto DIME demuestra el valor de la colaboración entre gobiernos, academia y la sociedad civil, con criterios científicos y sin auspicio de la industria farmacéutica, para lograr estos objetivos.
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