ARBOVIROSIS: UNA AMENAZA PARA LA HUMANIDAD
- Noticiero Medico
- hace 6 días
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Ramiro Salazar Irigoyen
Médico Patólogo Clínico

La arbovirosis es un grupo de enfermedades virales que se transmiten a los seres humanos a través de las picaduras de mosquitos y garrapatas infectados. Cuando el insecto infectado pica a una persona, el virus ingresa a la sangre provocando una infección. Los virus pueden replicarse dentro del cuerpo y causar los síntomas característicos asociados con cada arbovirus específico. Entre los vectores, se destaca el mosquito Aedes Aegypti, el responsable del dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla.
De manera excepcional ocurre transmisión de persona a persona, por transfusión de sangre, trasplante de órganos, contacto sexual, y de madre a hijo durante el nacimiento, dependiendo del virus específico involucrado. El virus Zika puede transmitirse durante la actividad sexual, ya sea que el individuo infectado sea asintomático o sintomático.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cuatro mil millones de personas están expuestas al riesgo de infección por arbovirus en todo el mundo y que la cifra aumentará a cinco mil millones de aquí a 2050. Es por ello por lo que ha lanzado el Plan Estratégico Mundial de Preparación, Disposición operativa y Respuesta para enfrentar el dengue y otras enfermedades arbovirales transmitidas por mosquitos Aedes.
El dengue es transmitido por mosquitos hembra principalmente de la especie Aedes aegypti y, en menor grado, de A. albopictus. El causante del dengue es un virus de la familia Flaviviridae que tiene cuatro serotipos distintos: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. Cuando una persona se recupera de la infección adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular, pero la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y temporal. Las infecciones posteriores causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de padecer el dengue grave.
Aedes aegypti vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales: maceteros, tubo de llantas, recipientes con agua, etc. Se alimenta con sangre del ser humano, principalmente, durante todo el día, en especial al principio de la mañana y el atardecer. Los huevos de Aedes aegypti pueden permanecer secos en sus lugares de cría durante más de un año y eclosionan cuando entran en contacto con el agua.
En las últimas décadas ha aumentado la incidencia de dengue. Se producirían hasta 390 millones de infecciones por dengue cada año, que no se reflejan por el subregistro de la notificación. Se calcula que cada año son hospitalizadas 500 000 personas con dengue grave, con una tasa de mortalidad es del 2,5%. La detección oportuna y el acceso a la asistencia médica adecuada disminuyen las tasas de mortalidad por debajo del 1%.
El dengue, considerada una enfermedad tropical desatendida (ETD) ha incrementado su incidencia entre otras causas por la urbanización no planificada, falta o escases de saneamiento básico y resistencia a insecticidas.
Las personas infectadas sintomáticas y asintomáticas se convierten en portadores y multiplicadores principales del virus, y los mosquitos se infectan al picarlas. Tras la aparición de los primeros síntomas, las personas infectadas con el virus pueden transmitir la infección durante 4 o 5 días y en casos menos frecuentes hasta 12 días a los mosquitos Aedes.
Métodos de Diagnóstico e interpretación de pruebas de dengue:
No existe una técnica de diagnóstico ideal. Se requiere conocer la cinética de aparición de la viremia y los anticuerpos IgM e IgG para arribar a un diagnóstico de certeza.
Pruebas de Antígeno NS1: Esta prueba detecta la proteína no estructural 1 (NS1) del virus del dengue en la sangre. Se utiliza para identificar infecciones en las primeras etapas, generalmente durante los primeros 7 días de la enfermedad.
Los pacientes con una prueba molecular o prueba ELISA o inmunocromatografía NS1 positiva tienen una infección aguda confirmada. Un resultado negativo no descarta la infección, especialmente si la prueba se realiza fuera de la ventana de detección.
Los pacientes que tienen anticuerpos IgM contra el virus del dengue en una muestra única se clasifican como presuntamente infectados recientemente por el virus del dengue.
Los pacientes con un cambio de resultados negativos a positivos para IgM en dos muestras emparejadas: la primera muestra recolectada durante los primeros 7 días de la enfermedad y la segunda muestra recolectada después de que los síntomas disminuyan se clasifican como infecciones actuales de dengue.
No se recomienda la prueba serológica por IgG en una sola muestra para el diagnóstico de infección aguda porque estas pruebas pueden detectar anticuerpos de infecciones pasadas por dengue u otras infecciones por flavivirus.
Los pacientes con un cambio de resultados negativos a positivos para IgG en dos muestras emparejadas, la primera muestra recolectada durante los primeros 7 días de la enfermedad y la segunda reclectada después de que los síntomas disminuyan, se clasifican como infecciones actuales por dengue.
La detección temprana y certera del dengue es importante para prevenir complicaciones como el dengue grave que es más común en personas que padecen dengue por segunda vez, y con un serotipo diferente de la primera vez. El dengue grave se puede diferenciar del dengue clásico porque alrededor del tercer día, además de los síntomas clásicos como cansancio, dolor ocular y fiebre, aparecen sangrados en encías o en la piel acompañado de vómitos. A pesar de ser grave, este tipo de dengue hemorrágico se puede tratar cuando se identifica en una etapa temprana. Si bien es cierto que no hay tratamiento específico la hidratación adecuada y el monitoreo permanente por el equipo médico y de enfermería puede evitar complicaciones. La fase crítica se caracteriza por la extravasación de plasma que puede ocasionar shock hipovolémico. Debido a la extravasación de plasma, el hematocrito sube, por lo que la determinación permanente de hematocrito constituye un examen confiable para el monitoreo de la fuga de plasma.
Diagnóstico de la arbovirosis
En general todas las arbovirosis se pueden diagnosticar mediante análisis de sangre para detectar anticuerpos virales mediante inmunocromatografía o ELISA.
Las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) pueden detectar el material genético de los arbovirus en la sangre o el líquido cefalorraquídeo. Son más efectivas durante la fase de viremia, que ocurre antes de que aparezcan los síntomas, y para confirmar la presencia del virus en las primeras etapas de la enfermedad. No se utilizan en la práctica clínica habitual, sino más en investigación.
El cultivo viral implica el aislamiento y el cultivo de arbovirus a partir de una muestra de sangre o tejido de un paciente. Esta prueba por su complejidad y tiempo de resultado se usa exclusivamente en investigación
Prevención: La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una estrategia global para la prevención y el control de las arbovirosis mediante un manejo integral de erradicación del vector con medidas sostenidas en el tiempo, costo efectiva y ecológicamente posible. Esta estrategia propone:
Diagnóstico oportuno y certero de pacientes diferenciando mediante pruebas de laboratorio las enfermedades causadas por el vector, que clínicamente pueden ser indistinguibles: dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla,
Preparación y vigilancia durante los brotes:
Utilizar medidas de protección personal: mosquiteros, usar ropa de manga larga durante el día dado que el mosquito pica durante el día.
Control del vector sostenido en el tiempo: evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevecillos. cubrir, vaciar y limpiar los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico, aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua a la intemperie
Implementación de vacunación. La estrategia recomendada consiste en determinar el estado serológico de los sujetos antes de la vacunación y vacunar únicamente a los que ya hayan sido infectados con anterioridad, confirmada con los resultados de una prueba de anticuerpos.
Investigación básica y operativa: hay avances en la reducción de las poblaciones de mosquitos Aedes aegypti a través de la liberación de machos estériles o machos genéticamente modificados o que han sido infectados con bacterias Wolbachia, que bloquean la infección del intestino medio por arbovirus. Wolbachia se transmite a la descendencia del mosquito infectado, lo que multiplica la eficacia de la técnica.
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