El número de personas mayores de 65 años ha aumentado en todo el mundo. La prevalencia global de demencia es de 1,2% a 7,2%, y se espera que la población de adultos mayores con demencia aumente al mismo tiempo que el envejecimiento global.
La proporción de individuos con deterioro cognitivo leve (MCI), entre 5.0% y 36.7%, es mayor que la de personas con demencia; sin embargo, la mayoría de los casos de MCI y demencia en adultos mayores siguen sin diagnosticarse.
Las personas con MCI son capaces de realizar actividades de cuidado personal; exhiben un ligero deterioro en las actividades instrumentales de la vida diaria (IADL), mientras que las personas con demencia necesitan asistencia o al menos supervisión para las actividades básicas de la vida diaria (BADL).
Aunque las pruebas cognitivas se administran de forma rutinaria y son útiles para detectar MCI y demencia en entornos clínicos, los cuidadores pueden observar las actividades que reflejan las funciones de la vida diaria en circunstancias de la vida real.
Además, las escalas IADL y BADL son más simples y menos confrontativas en su evaluación; no solo proporcionan información sobre las funciones de la vida diaria, sino que también abordan las restricciones de participación para una mayor intervención.
Investigadores en Taiwán estudiaron el estado mental y las actividades de la vida diaria (ADL) en 102 personas de edad ≥65 (55 mujeres): 31 con Alzheimer o demencia vascular (subgrupos en demencia leve, moderada y grave), 36 con deterioro cognitivo leve (MCI) y 35 controles normales .
Mediante tres pruebas estandarizadas evaluaron el estado mental, otras escalas midieron las ADL básicas (por ejemplo, bañarse, vestirse, controlar la vejiga y los intestinos, subir escaleras) y otras las ADL instrumentales (por ejemplo, uso telefónico, manejo de finanzas, preparación de alimentos).
Se excluyeron los pacientes con depresión u otros tipos de demencia. Cuando fue necesario, los tutores legales informaron las ADL de los pacientes. La mala preparación de alimentos y la responsabilidad de la medicación separaron a los pacientes con MCI de los controles normales.
Los pacientes con demencia leve fueron considerablemente mejores que aquellos con demencia severa en una amplia gama de ADL básicos e instrumentales y mejores que aquellos con demencia moderada en el manejo financiero y la preparación de alimentos.
La función cognitiva deteriorada en dos escalas se asoció en gran medida con la disminución de las ADL instrumentales en los participantes mayores (edad, ≥81).
El estudio demostró que el valor de corte de 81,2 años para la edad podría considerarse un umbral para el deterioro de la función de la vida diaria en adultos mayores en la práctica clínica. Además, los instrumentos cognitivos como la escala CDR, Qmci, MoCA y MMSE desempeñan funciones complementarias en la predicción de los cambios en las funciones de IADL para adultos mayores.
En conclusión, este estudio se suma a la evidencia de que la descripción de las funciones IADL y BADL se integra en adultos mayores con un espectro de deterioro cognitivo. El Qmci es el predictor estadísticamente más significativo de los cambios en la función de IADL para adultos mayores "jóvenes", al igual que el MoCA y MMSE para adultos mayores "viejos".
Aunque el estudio es pequeño, sus hallazgos refuerzan las impresiones clínicas de que las disminuciones sutiles en las ADL, a menudo detectadas inicialmente por miembros de la familia, están vinculadas a disminuciones progresivas en la cognición. Las impresiones de las familias sobre el funcionamiento de las ADL, en particular para pacientes mayores de 80 años, deben obtenerse de manera rutinaria.
Este estudio destaca lo poco que sabemos acerca de las consecuencias de la disminución de la función cognitiva per se para el deterioro de las ADL y la necesidad de investigación para delinear mejor los puntos en los que los patrones específicos de déficit cognitivos auguran riesgos significativos para la conducción de vehículos, la vida independiente y otros asuntos prácticos.
Referencia
Meng-Ta Lee, Yuh Jang, Wan-Ying Chang Fuente: Plos One https://doi.org/10.1371/journal.pone.0218112 How do impairments in cognitive functions affect activities of daily living functions in older adults?