Un equipo internacional de investigadores de Estados Unidos, México y Colombia, han desarrollado un modelo de terapia cognitivo-conductual de precisión guiada por internet, para el tratamiento de la ansiedad y la depresión, constituye una alternativa de bajo costo, accesible y efectiva en un grupo de estudiantes universitarios de pregrado afectados por esos trastornos, según un estudio publciado en JAMA Psychiatry.¹
La investigación incluyó a 1.319 estudiantes universitarios afectados por ansiedad y depresión que fueron asignados de forma aleatoria a tres grupos donde recibieron terapia cognitivo-conductual guiada en forma remota (internet) por un terapeuta; terapia cognitivo-conductual autoguiada (sin apoyo de un terapeuta), o bien un tratamiento convencional proporcionado por los servicios de salud de su comunidad como control.
Los estudiantes procedían de 7 universidades en Colombia y México, tenían 18 años o más y presentaban registros de ≥10 en el test de autoinforme para Trastornos de Ansiedad Generalizada con 7 ítems (GAD-7) o depresión con registros de ≥10 en el Cuestionario de Salud del Paciente de 9 ítems (PHQ-9), también de autoinforme.
Antes de brindar atención a estos alumnos, el equipo de investigadores utilizó algunos criterios de exclusión como historial de trastorno bipolar, psicosis no afectiva o ideación suicida con intentos suicidas. Asimismo, empleó predictores de prescripción (284 en total) para anticipar la respuesta diferencial al tratamiento contra la ansiedad y la depresión.
Con estos predictores, agrupados en 11 categorías conceptuales (como características demográficas, estresores ligados a la COVID-19 o comorbilidad de trastornos mentales), así como el empleo de algoritmos de aprendizaje automático, pudieron predecir las probabilidades de remisión que tenían los participantes de forma personalizada en cada uno de los grupos en que fueron divididos.
Para la depresión en particular, encontraron que 28,5% de los pacientes podían tener mejores o los mismos efectos recibiendo el programa autoguiado (en comparación con el guiado), que una vez que se tiene no cuesta nada, así que podría ser enorme el número de personas beneficiadas de una terapia que no cuesta dinero.
Los investigadores determinaron que los estudiantes del grupo que recibió terapia cognitivo-conductual guiada tuvieron tasas de remisión conjunta de esos trastornos más elevadas (51,8%), en comparación con los participantes del grupo que recibió terapia autoguiada (37,8%) o terapia convencional (40%). No obstante, esas diferencias no fueron significativas para el caso de la ansiedad.
Específicamente, encontraron que la terapia cognitivo-conductual guiada tuvo la más alta probabilidad de remisión conjunta de ansiedad y depresión en 91,7% de los estudiantes; la mayor probabilidad de remisión de la ansiedad en la totalidad de ellos, así como la más elevada probabilidad de remisión de la depresión en 71,5% de los participantes.
Los resultados de este análisis podrían servir para mejorar la atención psicológica al optimizar la asignación de una u otra modalidad de tratamiento, sobre todo en aquellas instituciones de salud mental donde los recursos técnicos y humanos disponibles son limitados.
Los investigadores empezaron a diseñar este estudio antes de la COVID-19 con la idea de optimizar la atención de estos problemas de salud mental, con el objetivo de buscar otras estrategias para lograrlo. La emergencia sanitaria ayudó, ya que, si bien esto se ha investigado desde hace muchos años, antes la gente no veía tan bien estas intervenciones en línea, pero con la pandemia no había otra opción, añadieron.
Investigadores de la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, de la Ciudad de México, que participaron en el estudio, estimaron que dada la alta prevalencia de trastornos mentales antes y sobre todo después de la pandemia, no existe ningún sistema de salud en el mundo que pueda dar atención presencial a cada persona que sufre depresión o ansiedad. Entonces, la idea es buscar otras estrategias costo-efectivas que puedan escalar nuestras intervenciones y llegar a un mayor número de personas sin perder la calidad de atención.
La licenciada Juana Olvera Méndez, profesora investigadora que trabaja con el enfoque cognitivo-conductual en el área de psicología clínica de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI) de la Universidad Nacional Autónoma de México, cree que el modelo de precisión es una muy buena propuesta que puede ahorrar recursos económicos y traslados, además de que hace posible darle una atención inmediata al paciente, a diferencia de cuando tiene que acudir a un proceso terapéutico presencial que dependerá mucho de la forma en que el terapeuta aborde la situación.
Existen numerosos estudios dentro de la medicina de precisión que han tratado de determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente, pero no tienen la cantidad de predictores que se manejaron en esta investigación siendo una ventaja importante.
Los investigadores no encontraron diferencias en términos de satisfacción de los usuarios en la versión guiada y la no guiada del tratamiento, por lo cual ahora deberán averiguar por qué funciona mejor la primera. Un dato relevante es que los pacientes entraron (por medio de internet) al programa guiado el doble de veces que quienes utilizaron la versión autoguiada, pero el tiempo de uso no es suficiente para explicar los mejores resultados.
Los autores piensan que los pacientes desarrollan algún tipo de alianza con los guías, que no están dando terapia, sino solo haciendo recomendaciones en breves interacciones con los pacientes una vez por semana. Algo tiene que ver con la alianza, además del mayor tiempo interactuando con la plataforma, que proporciona mejores resultados con la versión guiada.
Una de las principales limitaciones de este estudio es que compara 3 modalidades de tratamiento, pero la tercera (convencional) no es homogénea, pues cada una de las 7 universidades de las que proceden los estudiantes cuenta con diferentes recursos para tal fin. Algunas como la UNAM tienen servicios muy formales, con equipos de psicólogos y psiquiatras, mientras que otras no tienen este tipo de servicio o cubren otros aspectos, como orientación vocacional. Entonces es muy difícil determinar con exactitud qué tipo de atención se brinda a los pacientes.
Los expertos indicaron que sería importante dar estricto seguimiento a estos resultados, para ver si se sostienen a corto y largo plazo. Este modelo podría llevarse a otro tipo de usuarios que requieran atención por ansiedad o depresión, siempre y cuando sepan manejar tecnologías de la información y comunicación.
Los investigadores consideran que este modelo de precisión, que puede apoyarse también en teléfonos móviles o tablets, podría trasladarse en el largo plazo a los centros de atención primaria o a las poblaciones vulnerables en zonas rurales. La idea sería llegar a un punto donde estos algoritmos sean suficientemente precisos y tengan un poder predictivo muy bueno, de manera que el clínico pueda utilizarlos, siempre pensando en encontrar el mejor tratamiento al menor costo, para que sea sostenible.
Referencia
Benjet C, Zainal NH, Albor Y, Alvis-Barranco L, y cols. A Precision Treatment Model for Internet-Delivered Cognitive Behavioral Therapy for Anxiety and Depression Among University Students: A Secondary Analysis of a Randomized Clinical Trial. JAMA Psychiatry. 1 Ago 2023;80(8):768-777. doi: 10.1001/jamapsychiatry.2023.1675. PMID: 37285133. Fuente
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