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Latinoamérica enfrenta dos epidemias a la vez

Actualizado: 1 jul 2020


Mientras que el coronavirus mata a miles de personas y domina la atención de los gobiernos en Latinoamérica, otra infección viral mortal acecha a la región.


El dengue es endémico en gran parte de Latinoamérica, pero la llegada de COVID-19 ha alejado la atención y los recursos cruciales de la lucha contra la enfermedad, destacaron médicos y funcionarios de estos países.


La Organización Panamericana de la Salud espera que 2020 esté marcado por altas tasas de dengue, que pueden saturar las unidades de cuidados intensivos y matar a los pacientes incluso sin las presiones de COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus.


En el mundo COVID-19 ha afectado otras enfermedades de diferentes maneras. Aunque en Europa las medidas para detener el coronavirus han eliminado la gripe estacional, en África los cierres fronterizos han detenido el transporte de vacunas contra el sarampión y otros suministros.


En Latinoamérica todavía está presente una epidemia de dengue que comenzó a fines de 2018. Las infecciones por dengue en América aumentaron a un máximo histórico de 3,1 millones en 2019, con más de 1.500 decesos en Latinoamérica y el Caribe, según la Organización Mundial de la Salud.


Los casos de la enfermedad deberían comenzar a disminuir en la segunda mitad del año, señaló la organización.


Propagados por mosquitos, los brotes de dengue generalmente ocurren entre tres y cinco años después de la epidemia previa. Con cuatro cepas de dengue en circulación, las personas pueden contraerlo más de una vez, y los segundos contagios tienen más probabilidades de ser graves.


Aunque el dengue no suele ser mortal y puede tratarse con analgésicos, algunas personas padecen síntomas persistentes, como fatiga, pérdida de peso, y depresión, que afectan su capacidad para trabajar. El dengue severo se trata con fluidos intravenosos y las personas que no se hacen la prueba tienen riesgo de complicaciones peligrosas.


La atención médica no puede darse si los pacientes se quedan en casa, preocupados por contraer el coronavirus o si los hospitales tienen que rechazarlos por estar a máxima capacidad.


Los casos de dengue en Paraguay se han disparado este año. En las primeras 18 semanas de 2020 el país reportó 42.710 casos confirmados y 64 fallecimientos, en comparación con 384 casos confirmados y 6 muertes en el periodo del año anterior.


En Ecuador, donde el brote de coronavirus golpeó intensamente, y en Guayaquil, la ciudad más grande, los hospitales se vieron abrumados; una caída aparente en el número de casos de dengue podría enmascarar otros problemas. Según el Ministerio de Salud de Ecuador, los casos de dengue alcanzaron un máximo de 888 en la semana que terminó el 14 de marzo, dos semanas después de que el país confirmara su primer caso de COVID-19. Para la semana del 4 de abril descendieron a 257. Claramente el dengue está siendo subreportado, han indicado investigadores expertos en la materia. Los casos no han disminuido, lo que bajado es el diagnóstico de casos, lo que confirma que el sistema ha colapsado, agregaron los expertos.


Mediante un comunicado, el Ministerio de Salud de Ecuador declaró que el país no estaba más expuesto al doble impacto de la COVID-19 y el dengue que cualquier otro país en la región, y que tiene suministros suficientes para tratar los casos de la enfermedad transmitida por mosquitos.


El dengue también se ha disparado en América Central. Los casos en Costa Rica casi se triplicaron a más de 2.000 al 1 de mayo, en comparación con el año anterior. El director de la agencia de Vigilancia de la Salud de Costa Rica, declara: “Estamos atravesando un momento difícil para enfrentar a COVID-19, pero desafortunadamente otras enfermedades continúan su ciclo”


En Panamá, el dengue ha causado al menos dos muertos este año.

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