El síndrome pos-COVID-19 agudo puede manifestarse con secuelas en casi todos los órganos y sistemas. Resultan particularmente interesantes las secuelas a nivel musculoesquelético, en donde recientemente se ha descrito la presencia de un síndrome de dolor generalizado similar a la fibromialgia.
La enfermedad causada por SARS-CoV-2 ha tenido un impacto profundo en la salud global, resultando en un aumento de la mortalidad y la morbilidad de manera generalizada. Aunque los síntomas respiratorios agudos de la COVID-19 han sido ampliamente descritos, un gran porcentaje de los pacientes que la padecieron reporta síntomas persistentes y prolongados después de la enfermedad aguda.¹
Un grupo de investigadores italianos estudió pacientes que habían presentado COVID-19 y que persistían con sintomatología musculoesquelética.² Se diseñó un cuestionario web con los criterios de American College of Rheumatology Convergence (ACR) de 2010 modificados para ser una herramienta autoadministrable, donde también incorporaron distintas escalas para medir síntomas de fibromialgia (Fibromyalgia Symptom Scale y el Fibromyalgia Impact Questionnaire). Sumado a esto, los investigadores recabaron información demográfica, comorbilidades y otros datos clínicos relevantes. Este cuestionario fue aplicado a adultos con antecedente confirmado de COVID-19 en los últimos 3 meses o antes, previo al reclutamiento. Ninguno de estos pacientes tenía antecedentes de dolor musculoesquelético crónico ni contaba con el diagnóstico de fibromialgia.
Se reclutaron 616 pacientes que contestaron esta herramienta web. La mayoría de los pacientes era de sexo femenino (77,4%) con una edad media de 45 ± 12 años. Las comorbilidades más prevalentes fueron ansiedad (17,5%), obesidad (16,6%), hipertensión arterial (15,7%) y enfermedades pulmonares crónicas (8,4%), entre otras. Se reportó que 189 pacientes (30,7%) cumplieron con criterios de clasificación para fibromialgia.
Este grupo de pacientes era en su mayoría de sexo femenino (56,6%) y en comparación con aquellos que no cumplían con los criterios de fibromialgia, tenían un mayor porcentaje de antecedentes de hospitalizaciones (19% frente a 7%; p < 0,0001), una mayor proporción de ellos requirió oxígeno suplementario (18,0% frente a 7,5%; p < 0,0001) y tenían una mayor prevalencia de obesidad (49,2% frente a 2,1%; p < 0,0001) e hipertensión arterial (27,0% frente a 10,8%; p < 0,0001).
Al realizar un análisis multivariado, los autores encontraron que el sexo masculino (OR: 9,951; IC 95%: 6,025 a 16,435) y la obesidad (OR: 82,823; IC 95%: 32,192 a 213,084) eran factores de riesgo para presentar fibromialgia. Cabe destacar que estos factores de riesgo también se asociaron con mayor gravedad de la COVID-19 en su fase aguda, por lo que los autores señalan que es posible que la enfermedad aguda sea el verdadero factor de riesgo para el desarrollo del dolor crónico generalizado.
Aunque no se ha esclarecido el mecanismo por el cual la COVID-19 podría desencadenar la aparición de fibromialgia, existe evidencia que sugiere que el daño vascular o neuromuscular inducido por la infección viral podría ser un mecanismo desencadenante.³
La fibromialgia tiene diferentes componentes que interaccionan para desencadenar las alteraciones de la nocicepción; de manera importante, la esfera psicológica también podría ser un componente que contribuye para desarrollar fibromialgia como parte del síndrome pos-COVID-19 agudo.
La estancia prolongada en cama, el desacondicionamiento físico y el estrés postraumático podrían jugar un papel importante en el desarrollo de alteraciones del estado de ánimo y en la aparición de la fibromialgia. En este estudio hasta un tercio de los pacientes desarrolló síntomas clínicos de fibromialgia. Esto señala la importancia de considerar siempre esta asociación al momento de brindar atención a los pacientes con el antecedente de COVID-19.
Debido al carácter novedoso de esta asociación quedan muchas interrogantes sin respuesta clara: el curso clínico de estos pacientes, las características en común y aquellas que difieren de los pacientes con fibromialgia y el tratamiento óptimo que se les puede ofrecer.
Estudios que incluyan pacientes con fibromialgia como parte del síndrome pos-COVID-19 agudo y los comparen contra aquellos con fibromialgia previamente diagnosticada serán de gran utilidad para poder contestar estas preguntas.
Referencias
Nalbandian A, Sehgal K, Gupta A, Madhavan MV, y cols. Post-acute COVID-19 syndrome. Nat Med. Abr 2021;27(4):601-615. doi: 10.1038/s41591-021-01283-z. PMID: 33753937. Fuente
Ursini F, Ciaffi J, Mancarella L, Lisi L, y cols. Fibromyalgia: a new facet of the post-COVID-19 syndrome spectrum? Results from a web-based survey. RMD Open. Ago 2021;7(3):e001735. doi: 10.1136/rmdopen-2021-001735. PMID: 34426540. Fuente
Guerrero JI, Barragán LA, Martínez JD, Montoya JP, y cols. Central and peripheral nervous system involvement by COVID-19: a systematic review of the pathophysiology, clinical manifestations, neuropathology, neuroimaging, electrophysiology, and cerebrospinal fluid findings. BMC Infect Dis. 2 Jun 2021;21(1):515. doi: 10.1186/s12879-021-06185-6. PMID: 34078305. Fuente
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