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Disminución de hipertensión con 25% de potasio en la dieta


Científicos del Centro de Excelencia para Enfermedades Crónicas de la Universidad de Lima, en Perú, proponen un nuevo enfoque en la prevención de la hipertensión.

Los investigadores indicaron que cuando se trata de alcanzar logros tan pequeños a través de cambios en el estilo de vida, las personas en Sudamérica no tienen una mente más abierta que en Europa y en otros lugares, si se aconseja una reducción en la ingesta de sal, se cae en oídos sordos, el sabor habitual de la comida es más importante para las personas. En lugar de presionar por la abstinencia de la sal, los investigadores ofrecieron un producto sustituto "más saludable": sal de Liz.

Los científicos llevaron adelante un estudio observacional durante 3 años. Fueron incluidas en el estudio un total de seis aldeas en la región de Tumbes, en el noroeste de Perú, a las cuales les proporcionaron el nuevo producto de sal. Los participantes en las aldeas recibieron un producto sustituto de sal que contenía solo 75% de cloruro de sodio y 25% de cloruro de potasio.¹ Realizaron una campaña de sensibilización para garantizar la participación generalizada de los residentes. Estaba dirigido a todos los que preparan alimentos: hogares, tiendas, panaderías, restaurantes, cocinas comunitarias y vendedores ambulantes.

Los resultados fueron positivos y los participantes aceptaron la sal. El estudio muestra una reducción mínima pero significativa en la presión arterial media en los participantes, combinada con una reducción a la mitad de los casos de incidencia de hipertensión. Sin embargo, quedan algunas preguntas, especialmente con respecto a la transferibilidad de este enfoque a otras regiones.

El trabajo, que fue presentado en el Congreso de la European Society of Cardiology (ESC) de 2019 en París, recuerda que una reducción en la presión arterial sistólica de 2 mm Hg reduce el riesgo de accidente cerebrovascular en 10% en personas de mediana edad y en 7% para la mortalidad relacionada con la enfermedad coronaria.²

Fueron incluidos 2376 de los 2605 adultos residentes en la región (91,2%). No solo cambiaron su dieta, sino que también se sometieron voluntariamente a mediciones de presión arterial y entregaron muestras de orina, al principio y seis más a intervalos de cinco meses cada una, de modo que el periodo de observación de cada participante fue un total de 30 meses.

Los resultados obtenidos en relación a la prevención de hipertensión arterial se basan en que el cloruro de potasio tiene, en contraste con el cloruro de sodio, un efecto beneficioso sobre la presión arterial, agregar potasio produce un efecto antihipertensivo independiente, además del efecto de eliminar el sodio, indicaron los expertos.

Uno de los factores limitantes es el sabor, 35% de cloruro de potasio (65% de cloruro de sodio o menos), la mezcla carece de suficiente picante. Aunque en el estudio el nivel de potasio de los participantes en la recolección de orina de 24 horas aumentó de manera estadísticamente significativa durante los 30 meses, el nivel de sodio no disminuyó. Las personas pueden haber usado la sal de Liz, pero siguieron utilizando la sal regular, lo que podría explicar la caída de la presión arterial baja.

La reducción de la presión arterial, objetivo principal del estudio no fue muy pronunciada.³ Las mediciones después de 2,5 años mostraron una reducción de la presión arterial promedio de 1,23/0,72 mm Hg. Sin embargo, la reducción tanto en los valores sistólicos medios (p = 0,004) como en los valores diastólicos medios (p = 0,022) fue significativa.

En los participantes con hipertensión existente, la presión arterial sistólica promedio disminuyó aún más, en 1,92 mm Hg y en 2,17 mm Hg en aquellos de 60 años o más.

Sin embargo, el remplazo de solución salina influyó significativamente en el punto final secundario, la incidencia de presión arterial alta en comparación con una región de control se redujo significativamente, menos del 55% de personas desarrollaron hipertensión arterial en la región de estudio (relación de frecuencia = 0,45). La diferencia fue altamente significativa, con p < 0,001.

Los expertos indicaron que, si bien la reducción en los números de hipertensión es impresionante, es difícil de entender, se deben esperar los números absolutos de casos en la publicación completa. Se puede suponer que estos números de casos son en general bajos, la población del estudio peruano era bastante joven y la presión arterial basal promedio de 113/72 mm Hg bastante baja. Se excluyeron del estudio solo niños, personas con daño renal preexistente, así como insuficiencia cardiaca o terapia con digoxina. En particular, estas limitaciones tenían como objetivo evitar las complicaciones de la hipercalemia.

Los investigadores concluyeron que los costos son muy bajos y la producción y distribución son sencillas por lo que el fracaso de futuros proyectos por razones financieras es poco probable.


Referencias


1. Miranda J. Community-based salt substitution programme lowers blood pressure. ESC Congress 2019. Presentado el 2 de septiembre de 2019; París, Francia. Fuente

2. Lewington S, Clarke R, Qizilbash N, Peto R, y cols. Age-specific relevance of usual blood pressure to vascular mortality: a meta-analysis of individual data for one million adults in 61 prospective studies. Lancet. 14 Dic 2002;360(9349):1903-13. doi: 10.1016/s0140-6736(02)11911-8. PMID: 12493255. Fuente

3. Bernabe-Ortiz A, Diez-Canseco F, Gilman RH, Cárdenas MK, y cols. Launching a salt substitute to reduce blood pressure at the population level: a cluster randomized stepped wedge trial in Peru. Trials. 25 Mar 2014;15:93. doi: 10.1186/1745-6215-15-93. PMID: 24667035. Fuente

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