El Día Mundial de la Osteoporosis, que se celebra cada año el 20 de octubre, es un momento privilegiado para tratar de aliviar la osteoporosis.
La OMS ha catalogado a la osteoporosis como una de las epidemias de este siglo. Las fracturas osteoporóticas son la principal consecuencia de esta patología y es la causa de las estancias hospitalarias más prolongadas en mujeres mayores de 45 años, por encima del cáncer de mama, la diabetes o el infarto de miocardio.
La osteoporosis es una enfermedad ósea que afecta aproximadamente a de 500 millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de dolor, discapacidad y pérdida de independencia en las personas mayores. En todo el mundo, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura osteoporótica. Las más comunes ocurren en la columna vertebral, la muñeca y la cadera. Pueden ser mortales o causar discapacidad a largo plazo. Sin embargo, hoy en día esta enfermedad puede prevenirse, diagnosticarse y controlarse.
La mayoría de las personas que tienen osteoporosis no saben que sus huesos se están debilitando progresivamente, hasta que se produce su primera fractura.
Bajo el lema “Di no a los huesos frágiles”, la campaña del Día Mundial de la Osteoporosis de este año buscará acabar con la inercia que rodea a la salud ósea instando a las personas de todas las edades a valorar y proteger sus huesos. Los siguientes mensajes estarán dirigidos a pacientes, profesionales sanitarios y autoridades sanitarias:
La salud de los huesos es muy valiosa. Unos huesos sanos son la base de nuestro bienestar, movilidad e independencia. Las personas de todas las edades deben proteger su salud ósea tomando medidas tempranas para prevenir la osteoporosis mediante una alimentación saludable para los huesos, actividad física regular con pesas y evitando factores de estilo de vida negativos como el tabaquismo.
La osteoporosis es una amenaza grave para la salud con consecuencias potencialmente devastadoras. Reconocer los factores de riesgo individuales, priorizar la salud ósea (¡como lo hacemos con la salud cardiovascular!), solicitar pruebas de detección de osteoporosis al identificar factores de riesgo y cumplir con cualquier régimen de medicación prescrito: mediante estas estrategias, podemos superar la brecha en la atención de la osteoporosis, salvaguardando nuestra movilidad e independencia a medida que envejecemos.
Con hasta 37 millones de fracturas por fragilidad que se producen cada año en todo el mundo, la osteoporosis supone una enorme carga económica para la salud y los seres humanos en todo el mundo. Las autoridades sanitarias deben priorizar la salud ósea de varias maneras, entre ellas, invirtiendo en servicios de atención posfractura. Estos servicios garantizan que todo paciente con fractura de 50 años o más que acuda a un hospital con un hueso roto sea evaluado y tratado por expertos para prevenir fracturas recurrentes y potencialmente mortales.
Una fractura vertebral o de cadera puede cambiar la vida de una persona. Por eso es tan importante la prevención temprana de la osteoporosis. Aunque gran parte de nuestra densidad ósea está determinada por factores genéticos, hay medidas que podemos tomar para fortalecer nuestros huesos y reducir el riesgo de osteoporosis y fracturas en el futuro.
El Día Mundial de la Osteoporosis, que se celebra el 20 de octubre, hace un llamado a la acción global para combatir la osteoporosis y las fracturas relacionadas.
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