El 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, promovido por La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
En la Región de las Américas, el cáncer es la segunda causa de muerte. Se estima que 4 millones de personas fueron diagnosticadas en 2020 y 1,4 millones murieron por esta enfermedad. Aproximadamente, el 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes ocurren en personas de 69 años de edad o más jóvenes, cuando se encuentran en lo mejor de sus vidas.
Los tipos de cáncer diagnosticados con mayor frecuencia entre los hombres son: próstata (21,7%), pulmón (8,9%), colorrectal (7,8%), vejiga (4,5%) y melanoma de la piel (3,4%). Entre las mujeres, los tipos de cáncer con mayor incidencia son: mama (25,4%), pulmón (8,5%), colorrectal (7,9%), tiroides (5 %) y cervicouterino (3,8%)
Los tipos de cáncer que causaron más muertes entre los hombres son: pulmón (18%), próstata (11,1%), colorrectal (9,4%), hígado (6.1%) y estómago (5,6%). En las mujeres son: mama (13,2%), pulmón (12,3%) colorrectal (7%), cervicouterino (5.3%) y ovario (3,9%).
A nivel mundial, se estima que hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer y 10 millones de muertes por cáncer. La carga del cáncer aumentará aproximadamente en un 60% durante las próximas dos décadas, lo que afectará aún más a los sistemas de salud, a las personas y a las comunidades. Se prevé que la carga mundial por cáncer aumente a unos 30 millones de nuevos casos para 2040, el mayor crecimiento se producirá en países de ingresos bajos y medianos.
Se podrían salvar millones de vidas al año con estrategias de prevención, detección temprana y tratamiento, adecuadas a los recursos.
Se calcula que el coste económico anual total del cáncer es de alrededor de 1,16 billones de USD.
Si no se toman medidas para prevenir y controlar el cáncer, se prevé que el número de personas que serán diagnosticadas con cáncer aumentará en un 55%, lo que significa aproximadamente 6,23 millones de personas para 2040, en la Región de las Américas.
Los cánceres pueden deberse a múltiples causas y, al igual que en otras enfermedades, la mayor parte de ellos son consecuencia de la exposición a diversos factores causales distintos. Es importante recordar que, aunque algunos factores no pueden modificarse, alrededor de un tercio de los casos de cáncer puede evitarse reduciendo riesgos asociados a la conducta y la alimentación.
Factores de riesgo modificables:
Alcohol – está cada vez más demostrado que todas las bebidas alcohólicas causan diversos cánceres. El alcohol puede aumentar el riesgo de seis tipos de cáncer: de colon (colorrectal), de mama, de boca, de faringe y de laringe (de boca y de garganta), esofágico, de hígado y de estómago. En general, de acuerdo con los datos, el riesgo de padecer muchos cánceres aumenta cuanto mayor sea el consumo de bebidas alcohólicas, e incluso la ingesta moderada de alcohol aumenta el riesgo de cáncer.
Sobrepeso y obesidad – el exceso de peso se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar 12 tipos diferentes de cáncer, incluidos el colorrectal y el pancreático. En general, cuanto más aumente el peso, en particular en el caso de los adultos, mayor es el riesgo de cáncer.
Alimentación y nutrición - según los expertos, la alimentación y la ingesta nutricional, sobre todo en el caso de las dietas con mucha carne roja, carne procesada y alimentos con sal y con poca fruta y verdura, repercuten en el riesgo de cáncer, en particular en el colorrectal, el de nasofaringe y el de estómago.1, 2, 3.
Actividad física – la actividad física habitual no solo ayuda a reducir el exceso de grasa corporal y el riesgo de cáncer asociado, sino que mantenerse activo físicamente puede ayudar a minimizar el riesgo de desarrollar cáncer de colon, de mama y de endometrio.
Tabaco – El humo del tabaco contiene al menos 80 sustancias diferentes que causan cáncer (carcinógenos). Al inhalar el humo, las sustancias químicas entran en los pulmones, acceden a la corriente sanguínea y recorren el organismo. Por eso, fumar o mascar tabaco no solo causa cáncer de pulmón y de boca, sino que también se asocia a muchos otros cánceres. Cuanto más fume una persona, cuanto antes empiece a fumar y cuanto más tiempo siga fumando, más aumenta el riesgo de cáncer. En la actualidad, el consumo de tabaco causa aproximadamente el 22 % de las muertes por cáncer.
Radiación ionizante – Las fuentes de radiación artificiales pueden causar cáncer y suponen un riesgo para los trabajadores. Son el radón, los rayos X, los rayos gamma y otras formas de radiación de alta energía. La exposición prolongada y sin protección a la radiación ultravioleta del sol, las lámparas solares y las camas bronceadoras también puede causar melanoma y neoplasias malignas en la piel. Las personas de piel clara, con muchos lunares o con antecedentes familiares de melanoma o de cáncer de piel distinto del melanoma presentan un riesgo más elevado. Sin embargo, el cáncer de piel puede afectar a personas con cualquier tonalidad de piel, incluso a aquellas personas de piel oscura.
Riesgo en el lugar de trabajo – Algunas personas se arriesgan a exponerse a sustancias carcinógenas debido al trabajo que desempeñan. Por ejemplo, se ha demostrado que la incidencia de cáncer de vejiga entre los trabajadores de la industria de los tintes químicos es superior a la habitual. El amianto es una conocida causa de cáncer relacionada con el lugar de trabajo, en particular de un cáncer llamado mesotelioma, que afecta sobre todo al revestimiento pulmonar.
Infección – Los agentes infecciosos causan aproximadamente 2,2 millones de muertes por cáncer al año. Esto no significa que estos cánceres se contagien como una infección, sino que más bien el virus puede provocar cambios en las células que las vuelvan más susceptibles de convertirse en cancerosas. Alrededor del 70 % de los cánceres de cuello de útero se debe a infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) mientras que el cáncer de hígado y el linfoma no hodgkiniano pueden ser consecuencia del virus de la hepatitis B y de la hepatitis C, y los linfomas están relacionados con el virus de Epstein-Bar. Antes no se creía que las infecciones bacterianas fuesen un factor causante de cáncer, pero en estudios más recientes se ha demostrado que las personas con infección de estómago por Helicobacter pylori presentan una inflamación del revestimiento del gástrico, lo que aumenta el riesgo de cáncer de estómago.
Factores de riesgo no modificables:
Edad – La prevalencia de muchos tipos de cáncer aumenta con la edad. Cuantos más años viven las personas, mayores son la exposición a los agentes carcinógenos y el tiempo del que se dispone para que se produzcan cambios o mutaciones genéticas en sus células.
Sustancias que producen cáncer (carcinógenos) – Son sustancias que modifican el comportamiento de una célula y aumentan las probabilidades de desarrollar cáncer. Los genes son los mensajes codificados del interior de la célula que le indican cómo comportarse (es decir, qué proteínas fabricar); las mutaciones o las modificaciones del gen, como los daños o las pérdidas, pueden alterar el comportamiento de la célula, de manera que aumenten las probabilidades de que se vuelva cancerosa.
Genética – Algunas personas, por desgracia, nacen con un riesgo alto, que se hereda genéticamente, de padecer un cáncer concreto («predisposición genética»). Esto no significa que vayan a desarrollar ese cáncer seguro, pero la predisposición genética aumenta las probabilidades. Por ejemplo, las mujeres con los genes BRCA1 y BRCA2 del cáncer de mama tienen una mayor predisposición a desarrollar esta forma de cáncer que las mujeres con un riesgo normal de cáncer de mama. Sin embargo, menos del 5 % de todos los casos de cáncer de mama tiene un origen genético conocido.
Por lo tanto, aunque las mujeres con uno de estos genes tienen más probabilidades individuales de desarrollar cáncer de mama, la mayor parte de los casos no se deben a un defecto genético heredado que aumente el riesgo. Esto también se aplica a otros cánceres frecuentes para los que algunas personas tienen predisposición genética, como el cáncer de colon (intestino grueso).
Sistema inmunitario – las personas con el sistema inmunitario debilitado se exponen a un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. En este grupo se incluyen las personas que se han sometido a trasplantes de órganos y toman medicación para deprimir su sistema inmunitario y detener el rechazo del trasplante, así como las personas con VIH o sida, o con otras enfermedades que reducen la inmunidad ante las enfermedades.
La carga del cáncer se puede reducir mediante la implementación de estrategias basadas en la evidencia para su prevención, tamizaje, detección temprana, tratamiento y también para mejorar el acceso a los cuidados paliativos.
Se estima que del 30 al 40 por ciento de los cánceres se pueden prevenir al reducir la exposición a estos factores de riesgo. Las políticas de salud pública se pueden implementar para respaldar la elección individual de estilos de vida saludables, convirtiéndolas en la opción más fácil. Muchos otros tipos de cáncer, especialmente el cervicouterino, el de mama y el cáncer colorrectal, pueden detectarse temprano y tratarse eficazmente a través de programas organizados de tamizaje y detección temprana ligados al acceso al tratamiento oportuno.
La OPS/OMS trabaja con los países miembros en diferentes aspectos relacionados con la prevención y control del cáncer.
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