
Ramiro Salazar Irigoyen
Médico Patólogo Clínico
La pandemia de COVID-19 modificó la vigilancia de los virus. Por recomendación de OMS, se reorientó la vigilancia hacia las infecciones respiratorias agudas de forma integrada, incorporándose a la vigilancia otros virus, en especial el virus respiratorio sincitial (VRS).
La pandemia de COVID-19 modificó la vigilancia de los virus. Por recomendación de OMS, se reorientó la vigilancia hacia las infecciones respiratorias agudas de forma integrada, incorporándose a la vigilancia otros virus, en especial el virus respiratorio sincitial (VRS). En base a estas recomendaciones todos los países reportan los casos de todos los virus causales de infecciones respiratorias agudas graves (IRAG).
El Ministerio de Salud Pública del Ecuador, en el año 2024 hasta la semana epidemiológica 52, notifica que el agente etiológico predomínate en la mayoría de las provincias es el virus sincitial respiratorio (VSR) con el 31.35%, seguido de SARS-CoV-2 con el 19.95%, la Influenza B el 13.83%, Influenza A/H3N2 con el 26.60%, la Influenza A /H1N1 (2009) con el 4.70% y la Influenza AH1N1, no subtipificable, dos casos. En la semana 01 del año 2025 se registra circulación de Influenza A/H3N2 y SARS-CoV-2.
En casos de infecciones respiratorias no graves detectados en servicios de consulta externa y cuando se diagnostica mediante técnicas moleculares se detectan otros virus como adenovirus, rinovirus y sobre todo metapneumoviris (HMPV).
COVID-19
En la actualidad, existen más de 26 variantes de la cepa original del COVID-19. Los síntomas de las nuevas variantes del COVID-19 son similares a los de las cepas anteriores a Omicron. Desde enero de 2024, el 99% de las variantes que circulan en los EE.UU. son mutaciones de la cepa Omicron.
Las variantes de Omicron han eludido la respuesta inmunitaria generada por infecciones o vacunaciones anteriores, por lo que las personas pueden infectarse a pesar de tener cierta inmunidad. La particularidad más significativa de las últimas variantes es que tienden a infectar el tracto respiratorio superior más que otras variantes anteriores como Delta, que infectan con mayor frecuencia el tracto respiratorio inferior.
La última variante del COVID-19 se lo denominó como KP.2 y forma parte de un grupo de coronavirus mutados llamados FLiRT. Otra variante reciente es JP.1, que fue la cepa dominante a principios de 2024, ambas están muy relacionada con la cepa llamada Pirola (BA.2.86) que fue la cepa dominante del COVID-19 en todo el mundo.
Para determinar con precisión la variante del COVID-19, se debe realizar una prueba PCR o de secuenciación de material respiratorio procedente de un frotis nasal o faríngeo. Estas pruebas de diferenciación de variantes no se realizan de forma rutinaria, sólo proporcionan información valiosa a los funcionarios de salud pública para vigilar la propagación de las distintas variantes.
Prevención: Por recomendación de CDC, a partir de los 6 meses de edad, todas las personas deben recibir una vacuna contra el COVID-19. Es especialmente importante que se dé la vacuna contra el COVID-19 para el periodo 2024-2025 a mayores de 65 años, si existe alto riesgo de sufrir formas graves de COVID-19 o si nunca se vacunó contra el COVID-19.
La protección de la vacuna disminuye con el tiempo, por eso es importante actualizar la vacunación de manera anual.
Influenza
Es un virus ARN de la familia Orthomyxoviridae, que comprende cinco géneros: Influenzavirus A, Influenzavirus B, Influenzavirus C, Isavirus y Thogotovirus. Solo los tres primeros son causantes de gripe. Los virus de tipo A son los patógenos más agresivos, en función de los serotipos que han sido confirmados en humanos son: H1N1, H1N2, H2N2, H3N2.
Influenza virus B infecta casi en exclusiva a humanos y es menos frecuente y agresivo que el tipo A. Influenzavirus C es mucho menos frecuente que A y B, y puede ser responsable de cuadros leves en niños.
La influenza se distribuye mundialmente en patrones estacionales. En la serranía ecuatoriana los meses de diciembre, enero y febrero se presentan mayor número de casos. No se ha establecido con certeza por qué ocurren de esta forma estacional, algunas teorías son: durante los meses más fríos el virus puede sobrevivir mucho más tiempo en el ambiente, ropas, fómites, etc., mientras que durante las temperaturas más altas en verano por la mayor sequedad del aire se limitaría la expulsión del moco por deshidratación del mismo dificultando la transmisión a través del mecanismo de aerosol.
Prevención: La más importante medida de prevención contra la influenza es la vacunación anual. La vacuna humana más común es la trivalente, que contiene proteínas purificadas e inactivadas de las tres cepas que se consideran van a ser más comunes en el siguiente año: dos subtipos del virus A y uno del virus B. La vacuna tiene una eficacia de alrededor del 80% por la propagación de alguna cepa no prevista o mutada.
El Grupo Técnico Asesor sobre Enfermedades Prevenibles por Vacunación de la OPS (GTA) recomendó que la vacunación contra la influenza debe priorizarse a: embarazadas, niños de 6 meses a 5 años, personas mayores de 65 años, pacientes con enfermedades crónicas y trabajadores de la salud.
El virus respiratorio sincitial (VRS)
Es un mixovirus RNA, del género Pneumovirus, que pertenece a la familia de los Paramyxoviridae. Es altamente contagioso porque puede sobrevivir hasta 7 horas en superficies. Las puertas de entrada del virus son la conjuntiva ocular y la mucosa nasal y oral y es posible a través de las manos o por contacto con objetos contaminados.
Prevención: hay nuevas vacunas para proteger a los bebés de enfermedades graves: la vacuna contra el VRS durante el embarazo, o bien vacunar al bebé después de que nazca. La mayoría de los bebés solo necesiten protección de la vacuna materna, las que se aplican entre las semanas 32 a 36 de embarazo.
El metapneumovirus humano (hMPV)
Es un miembro del género Metapneumovirus, familia Paramyxoviridae, que pertenece al orden de los Mononegavirales. El metapneumovirus no es un virus nuevo, fue descrito el año 2001, pero ya circula desde 1950 al menos cuando se describieron los primeros casos. En el Ecuador y de acuerdo con el MSP, en 2024 se registraron 9 casos, mientras que en 2019 hubo 6. La mayor incidencia de casos del virus HMPV en nuestro país se registró en 2023, con un 0,20% del total de los casos reportados en el Sistema Nacional de Vigilancia Centinela de Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG).
A diferencia del covid-19 que era desconocido cuando se empezó a propagar entre humanos a finales de 2019; el HMPV circuló durante décadas y la población mundial ya dispuso de cierta protección contra él, por lo que no constituye un problema de salud mundial como se había especulado.
Prevención: no hay una vacuna para prevenir el metapneumovirus humano ni un medicamento antiviral específico para tratarlo, por lo que la mejor estrategia es tratar de evitar contraerlo evitando el contacto cercano con personas enfermas, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo o el codo al toser o estornudar. Limpiar y desinfectar objetos y superficies que se tocan con frecuencia
Diagnóstico de infecciones respiratorias altas
Las pruebas de diagnóstico rápido de la influenza (RIDT, por sus siglas en inglés) detectan los antígenos virales de la influenza en hisopados nasofaríngeos. Las RIDT detectan los tipos de virus de influenza A y B, pero no identifican los subtipos de virus de influenza A.
En la actualidad y mediante la misma muestra naso faríngea se puede detectar otros virus, incluyendo el hMPV. Las pruebas rápidas son inmunoensayo cromatográfico con una sensibilidad de hasta 86% y especificidad: 94%.
En pacientes hospitalizados por IRAG no se recomiendan las pruebas rápidas y se debería utilizar pruebas moleculares, como RT-PCR, por su alta sensibilidad y especificidad, el número de gérmenes detectados y la rapidez del diagnóstico por el laboratorio.
Los métodos serológicos para determinar los antígenos virales por inmunofluorescencia o ELISA son poco útiles en clínica y se utilizan mucho en epidemiología.
Los cultivos han perdido importancia desde la aparición de las pruebas moleculares por su rapidez, sensibilidad y especificidad.
Otros estudios para establecer complicaciones son la biometría hemática: los leucocitos pueden aumentar al inicio y leucopenia con linfocitosis a partir del segundo día. Una leucocitosis superior a 15000 sugiere complicación bacteriana.
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