“ Diga el mundo lo que quiera, sus preocupaciones no me han de impedir hablar la verdad. ”
Dr. Eugenio de Santa Cruz y Espejo
El 21 de febrero de cada año se conmemora el Día del Médico Ecuatoriano instituido con motivo del nacimiento del ilustre ecuatoriano Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo en 1747.
Hace 272 años nace en Quito el que será considerado como el Padre de la Medicina Ecuatoriana, motivo por el cual en este día se rinde homenaje a todos los profesionales médicos ecuatorianos que llevan adelante tan noble profesión.
Eugenio Espejo, luego de muchos años de estudio, investigación y práctica en el Hospital de la Misericordia, obtuvo el título de Doctor en Medicina. Su pensamiento se orientó siempre a la salud pública. Sus observaciones biopatológicas, especialmente relacionadas con el complejo salud-enfermedad de la comunidad, fueron pioneras en el continente. Política, pobreza, malnutrición y morbimortalidad, fueron objeto de sus importantes observaciones.
Espejo se destaca también como escritor, abogado, periodista, pensador, ideólogo, prócer de la independencia, pero sobre todo como galeno e investigador científico.
Muchos años de estudio, vocación, actualización permanente en respuesta a los vertiginosos avances de la ciencia médica, son las acciones que deben seguir los actuales y futuros profesionales de la medicina. En el día del médico ecuatoriano, aparte de las obligaciones implícitas en el desarrollo de su noble profesión, es necesario insistir en sus derechos laborales y económicos. Es una fecha para recordar a centenares de jóvenes profesionales que estudian o laboran en el exterior porque en su país no tuvieron la oportunidad de hacerlo, pues no pudieron acceder a un puesto de trabajo a pesar del déficit de profesionales de la salud que sufre nuestro país.
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