Dr. Mario Acosta Rodríguez
Endocrinólogo
Hospital Metropolitano
Caracterizada inicialmente como una vitamina, la vitamina D o calciferol ahora se reconoce como una prohormona. Las dos formas, vitamina D2 y vitamina D3, son prohormonas inactivas que siguen una vía metabólica compleja para convertirse en calcitriol (1,25-dihidroxi vitamina D) la forma activa de Vitamina D.
La vitamina D proviene de dos fuentes principales; la exposición a la luz solar y la ingesta dietética. La luz solar produce cerca del 90% del requerimiento diario de vitamina D del cuerpo en condiciones fisiológicas. La exposición a la radiación ultravioleta B, convierte el 7-dehidrocolesterol en la piel en previtamina D3 y por conversión térmica en vitamina D3 (colecalciferol). Otras fuentes de vitamina D3 son alimentos: pescados (salmón, caballa, etc.), aceite de hígado de bacalao y yema de huevo. La vitamina D2 (ergoalciferol) está presente en los hongos y levaduras expuestos a los rayos UV. Para activarse tanto el colecalciferol como el ergocalciferol requieren dos reacciones enzimáticas; primero la hidroxilación del carbono 25 que los convierte en calcidiol (25-hidroxivitamina D [25(OH)D], posteriormente la hidroxilación en C1 en el riñón los convierte en calcitriol [1,25(OH)2D3] la forma activa de vitamina D que se une a receptores nucleares para ejercer su función: activar la absorción intestinal, la reabsorción renal y la movilización ósea
Existe consenso en que un buen estado de vitamina D es necesario para el crecimiento y mantenimiento del esqueleto; investigaciones recientes sugieren efectos beneficiosos, inmunológicos, cardiovasculares, neurológicos y cáncer. La mayoría de estudios demuestran que la ingesta diaria de vitamina D (400-800 UI) no se cumple. Las fuentes naturales de vitamina D son limitadas y por lo tanto, pueden ser necesario desarrollar estrategias para que se alcancen los niveles séricos adecuados.
La fortificación de alimentos con vitamina D, es una estrategia utilizada en algunos países, Estados Unidos, Canadá, India, Finlandia y otros para mejorar el estado vitamínico. Los niveles de fortificación son de 1,0 µg/100 g para las leches líquidas y sus derivados y de 20 µg/100 g para las grasas. Estudios de fortificación de leche con ergocalciferol han sido menos eficaces y en la mayoría de países se recomienda fortificar los alimentos con colecalciferol.
La suplementación con vitamina D, diaria, semanal o mensual, se ha utilizado colecalciferol (vitamina D3) o ergocalciferol (vitamina D2). La elección de cuál es el mejor suplemento ha sido muy debatida y hasta hace poco, las dos formulaciones se consideraban equivalentes. Actualmente el colecalciferol es preferido, es más fisiológico, es el único sintetizado en la piel, sus metabolitos tienen una mayor afinidad con las proteínas de unión a la vitamina D por lo que tiene una vida media circulante más larga, es más potente y más eficaz para elevar y mantener los niveles séricos de vitamina D. La mayoría de estudios exitosos de suplementación en casos de deficiencia de vitamina D han utilizado dosis de 2000 a 4000 UI diarias o 30000 a 50,000 IU semanales por 8 semanas de Vitamina D3
El calcifediol (25-hidroxi-vitamina D3), un metabolito de la vitamina D3 resultado de la hidroxilación del colecalciferol en el carbono 25), se ha utilizado en España durante más de 40 años y recientemente está disponible en otros países europeos y de América Latina entre ellos Ecuador. Comparado con el colecalciferol, el calcifediol oral provoca un aumento más rápido de la 25OHD sérica, es más potente (3,2 veces) por lo que se necesitan dosis más bajas, tiene una mayor tasa de absorción intestinal y esto tiene importantes ventajas en caso de enfermedades con disminución de la capacidad de absorción intestinal. La ingesta intermitente de calcifediol (0.266 mg mensual) produce una 25OHD sérica bastante estable en comparación con mayores fluctuaciones después del colecalciferol oral intermitente.
Tratamiento con Vitamina D. El calcitriol, la forma biológicamente activa de vitamina D, se usa para reemplazo hormonal, requiere un control muy cuidadoso porque tiene gran riesgo de causar hipercalcemia. Se usa en pacientes con enfermedad renal crónica e hiperparatiroidismo secundario, hipoparatiroidismo y pseudohipopratiroidismo o con metabolismo anormal de la vitamina D y no tiene aplicación en fortificación o suplementación.
Seguridad del uso de vitamina D. Pese a que la administración de vitamina D a dosis adecuadas (4000 UI/d en adultos) sea bastante seguro, el uso de grandes dosis orales si tiene riesgo y pueden provocar hipertensión, hipercalciuria, formación de cálculos renales, nefrocalcinosis y función renal reducida. Además, se asocia con fatiga, debilidad muscular, pérdida de peso, náuseas, vómitos, calcificación de tejidos blandos o taquicardia.
Comments