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Nueva guía actualiza la definición de cetoacidosis diabética


Una próxima declaración conjunta sobre urgencias hiperglucémicas en adultos con diabetes restará importancia a la glucosa como criterio de diagnóstico para la cetoacidosis diabética, junto con muchas otras actualizaciones de la última declaración sobre el tema, publicada hace 14 años.¹


El nuevo informe de consenso contará con el respaldo conjunto de la American Diabetes Association, la European Association for the Study of Diabetes, la American Association of Clinical Endocrinology, la Diabetes Technology Society y las Joint British Diabetes Societies for Inpatient Care. La declaración de consenso anterior sobre el tema fue publicada en 2009 únicamente por la American Diabetes Association


Basado en extensas revisiones de la literatura y observaciones de las tendencias actuales, el nuevo documento, que se publicará próximamente, cubrirá el diagnóstico y tratamiento de las dos emergencias hiperglucémicas agudas más graves observadas en adultos, la cetoacidosis diabética y el estado hiperosmolar hiperglucémico.


Una novedad en la versión 2023 será un fuerte énfasis en los riesgos excesivos de morbilidad y mortalidad asociados con la presentación "híbrida" cada vez más frecuente de las dos afecciones juntas, que ahora se observa en aproximadamente un tercio de los casos. El nuevo informe también instará a los médicos a investigar por qué la persona experimentó la emergencia.


Si bien se reconoce que la diabetes de nueva aparición y las infecciones son causas precipitantes de la cetoacidosis diabética, se debe identificar si existe una omisión de insulina relacionada con las finanzas, la salud mental u otros determinantes sociales, y se debe dirigir a los pacientes a los recursos apropiados, dijeron los expertos que anticipan el nuevo informe de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) en el próximo congreso.


El Dr. Robert A. Gabbay, Ph. D., director médico y científico de la American Diabetes Association (ADA), señala que el desafío es que, aunque estuvimos progresando durante mucho tiempo en términos de esas crisis hiperglucémicas, en realidad nos hemos estancado y todavía hay muchas personas siendo hospitalizadas, y cuando miras a escala global, hay aún más


La declaración revisará la definición de cetoacidosis diabética, en parte impulsada por la creciente aparición y reconocimiento de la cetoacidosis euglucémica que surge del uso de inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2). Para todos los pacientes con crisis hiperglucémica, el límite de hiperglucemia ahora se reduce a 200 mg/dl (11,1 mmol/l) desde los 250 mg/dl anteriores. Sin embargo, el límite de glucosa se eliminó por completo para las personas con antecedentes de diabetes.


Ambos cambios reconocen el amplio rango de niveles de glucosa en presencia de cetoacidosis diabética. Aproximadamente 10% de la cetoacidosis diabética ocurre con euglucemia o casi normoglucemia.

Para evaluar la cetosis en la cetoacidosis diabética, la nueva declaración recomienda enfaticamente el uso de beta-hidroxibutirato, ya sea mediante una prueba en el lugar de atención o mediante una medición del nivel sérico en un laboratorio, con un límite bajo de ≥ 3,0 mmol/l. Alternativamente, se puede utilizar un valor de tira de cetonas en orina de 2+ o mayor. La prueba de beta-hidroxibutirato está más disponible ahora que en 2009 y se prefiere mucho a la medición de cetonas en orina, porque es la cetona predominante durante la acidosis.


El acetoacetato en orina (medido con las tiras) aumenta paradójicamente durante la resolución de la cetoacidosis diabética y pueden producirse interferencias farmacológicas con la medición de cetonas en orina.


La acidosis metabólica ahora se define como un pH <7,3 o una concentración de bicarbonato <18 mmol/l, frente a 15 en algunas directrices anteriores, incluida la del Reino Unido.


Además, la brecha aniónica se eliminó de la definición principal, pero, según el documento, aún se puede utilizar en entornos donde las pruebas de cetonas no están disponibles.


Al igual que antes, la nueva declaración clasificará la cetoacidosis diabética en leve, moderada y grave, pero ahora, por primera vez, hay recomendaciones de atención para cada uno de esos niveles, así como para el estado hiperosmolar hiperglucémico.


Para el estado hiperosmolar hiperglucémico, el límite de glucosa de ≥ 600 mg/dl seguirá siendo el mismo. Pero ahora, la osmolalidad sérica efectiva se ha reducido de >320 a >300 mOsm/l para tener en cuenta el efecto de la deshidratación, junto con un criterio alternativo de osmolalidad sérica total > 320 mOsm/l. Los mismos dos cambios que con la cetoacidosis diabética tanto para las cetonas como para la acidosis también se han incluido para el estado hiperosmolar hiperglucémico.


Si un paciente se encuentra bajo tratamiento con un inhibidor de cotransportador de sodio y glucosa tipo 2 (SGLT2), no es necesario vigilar los niveles de glucosa en sangre, que pueden ser normales o casi normales en el caso de la cetoacidosis diabética.


La educación médica durante muchos años nos ha enseñado que la cetoacidosis diabética es una condición de nivel alto de glucosa en sangre, pero puede que no lo sea. Es bueno que dijeran que los niveles de glucosa en sangre no eran importantes si el paciente tenía antecedentes de diabetes. Sin embargo, una glucosa de 200 mg/dl puede no ser lo suficientemente baja si alguien está bajo tratamiento con un inhibidor de cotransportador de sodio y glucosa tipo 2. Es necesario que haya un umbral mucho más bajo para medir las cetonas en sangre en cualquier persona con náusea, vómito y dolor abdominal, independientemente del nivel de glucosa en sangre.


Manejo agudo


Al igual que la declaración de 2009, la nueva incluirá diagramas de flujo de manejo detallado para cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar hiperglucémico, pero esta vez en color.

Esta nueva declaración incluye algoritmos individuales para el manejo con líquidos intravenosos, insulina y potasio. El bicarbonato se eliminó y se relegó a una nota a pie que indica que solo debe considerarse si el pH es <7,0.


En cuanto al tratamiento con líquidos, la nueva declaración ofrece más información sobre el uso de cristaloides para la deshidratación y la recomendación de agregar dextrosa al tratamiento con líquidos por vía intravenosa como sustrato cuando la glucosa cae por debajo de 250 mg/dl, para prevenir la hipoglucemia. Para la cetoacidosis diabética euglucémica, la recomendación es incluir simultáneamente dextrosa y solución salina normal.


Por primera vez, la insulina subcutánea en lugar de la intravenosa se considera aceptable para la cetoacidosis diabética leve, pero no para la moderada o grave.


Se sugieren dos opciones para la insulina intravenosa en el estado hiperosmolar hiperglucémico: se puede administrar primero el líquido y agregar una infusión de insulina de dosis fija y baja, o se pueden administrar líquidos e insulina al mismo tiempo.


Los criterios para la resolución de la cetoacidosis diabética son un pH venoso ≥ 7,3 o bicarbonato > 18 mmol/l, cetonas < 0,6 mmol/l y glucosa idealmente < 200 mg/dl (11,0 mmol/l). Para el estado hiperosmolar hiperglucémico, se sugiere resolución cuando la osmolalidad sérica medida o calculada cae a < 300 mosm/kg, la glucosa en sangre es < 250 mg/dl (13,9 mmol/l), la producción de orina > 0,5 ml/kg/hora y el estado cognitivo mejora.


La declaración también proporcionará opciones recomendadas detalladas para la transición de insulina intravenosa a insulina subcutánea, pero deja al criterio clínico la decisión de cuándo se puede dar de alta al paciente. No se recomienda el inicio o la continuación de inhibidores de cotransportador de sodio y glucosa tipo 2 en ningún momento durante la hospitalización por crisis de hiperglucemia.


Además de enumerar las posibles complicaciones del tratamiento de las crisis hiperglucémicas, tal como lo hacía la declaración de 2009, la nueva ofrecerá estrategias de mitigación para algunas de las más frecuentes. Para prevenir la hipoglucemia, se recomienda monitorear frecuentemente la glucosa en sangre además de agregar dextrosa a los líquidos intravenosos cuando la glucosa cae por debajo de 250 mg/dl.


Para la prevención de la hipopotasemia, que ocurre en aproximadamente la mitad de los pacientes tratados por cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar hiperglucémico, el consenso recomienda monitorear el potasio cada cuatro horas y reponerlo añadiendo líquidos.


La lesión renal aguda, que también ocurre en aproximadamente la mitad de las personas tratadas por cetoacidosis diabética o estado hiperosmolar hiperglucémico, generalmente se resuelve con hidratación. Se recomienda monitorear diariamente la función renal.


La prevención de la recurrencia con reingreso por cetoacidosis diabética o estado hiperosmolar hiperglucémico, que ocurre en hasta 22% de los pacientes estadounidenses dentro de los 30 días, implica un seguimiento estrecho dentro de las dos a cuatro semanas posteriores al alta (incluso a través de telemedicina) y la evaluación de las posibles causas, incluyendo trastornos de salud mental y determinantes sociales de la salud.


Se debe proporcionar una educación adecuada, incluida una "educación estructurada" que incluya la resolución de problemas, reglas para los días de enfermedad, técnicas de inyección, revisión de las dosis de insulina, consideración del monitoreo continuo de la glucosa y pruebas caseras de cetonas.


Los pacientes deben recibir un suministro adecuado de insulina y equipo duradero para la diabetes, junto con información de contacto de los profesionales de la salud que puedan ayudarlos. Los profesionales de servicios sociales pueden ser útiles para los pacientes que carecen de un acceso confiable.


Referencias


  1. Umpierrez G, Hirsch IB, Dhatariya K, Misra S, Galindo RJ, Fadini GP, Gabbay RA. EASD/ADA Symposium: Hyperglycaemic crises in adult patients with diabetes consensus report. European Association for the Study of Diabetes Annual Meeting 2023. Presentado el 6 de octubre; Hamburgo, Alemania.

  2. Kitabchi AE, Umpierrez GE, Miles JM, Fisher JN. Hyperglycemic crises in adult patients with diabetes. Diabetes Care. Jul 2009;32(7):1335-43. doi: 10.2337/dc09-9032. PMID: 19564476. Fuente


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