Uno de los temas más controvertidos hoy en día es si a un médico se le debe permitir, o incluso obligar, a ayudar a los pacientes con una enfermedad terminal o incurable a poner fin a su vida, un proceso conocido como asistencia médica para morir (MAID) o suicidio asistido por un médico (PAS).
Hasta hace poco, este tema polémico se aplicaba solo a pacientes con enfermedades físicas que desean poner fin a su sufrimiento y que buscan un médico dispuesto a ayudar con ese objetivo. En los Estados Unidos y otros países, esta es la población de pacientes que pueden hacer uso de esta opción.
Una legislación recientemente propuesta en Canadá, que tiene el mayor número de muertes asistidas por médicos en todo el mundo, ampliaría la indicación de MAID para incluir enfermedades mentales graves.
Varios especialistas en psiquiatría han emitido su criterio al respecto indicando que ofrecer la opción de la muerte facilitada por la misma persona que está tratando de mejorar a los pacientes con enfermedades mentales graves parece tan contrario a todo lo que se ha aprendido y contradice el papel como psiquiatras que trabajan para prevenir el suicidio.
Muchas personas se oponen a cualquier tipo de participación médica para acelerar la muerte de un paciente, independientemente de si la condición es médica o psiquiátrica. "Que los que deseen morir hagan su propio arreglo sin la ayuda de la profesión médica". Sin embargo, otros indican que, para aquellos con enfermedades físicas terminales o dolor intratable, está justificado que los profesionales médicos faciliten la muerte o, al menos, detengan los tratamientos para prolongar la vida.
En Canadá existen disposiciones para el consentimiento anticipado para aquellos que enfrentan la perspectiva de una enfermedad neurodegenerativa y que todavía son mentalmente competentes para tomar tales decisiones. Pero ahí está el problema: el concepto de una directiva anticipada pasa a la cuestión de la capacidad de decisión. Según los especialistas "la depresión distorsiona la cognición y lleva a muchos pacientes a creer que estarían mejor muertos y que sus seres queridos estarían mejor sin ellos".
El concepto de "distorsión cognitiva" implica que la propia enfermedad puede impedir la capacidad de decisión requerida para una directiva anticipada o una decisión tomada en el momento, en ausencia de tal directiva. ¿Cómo se determina si los pacientes con enfermedades mentales graves son competentes para tomar tal decisión o si es la enfermedad mental la que está impulsando su percepción de un futuro sin esperanza?"
Los especialistas señalan que, si se va a ayudar a las personas con enfermedades mentales, se tiene que considerar sus opciones. El estrés impuesto por una enfermedad mental grave / intratable es tan malo como cualquier otra enfermedad médica devastadora. Si nadie va a tomar su mano en la vida (ya que los servicios de apoyo son limitados y los tratamientos psiquiátricos a menudo fallan), permita que un profesional médico sostenga su mano durante sus últimos momentos. Sin embargo, el argumento es que MAID requiere "justificación clínica", pero en Canadá, "MAID... se entiende como una expresión de autonomía personal. Arraigado en la filosofía política liberal del individualismo... La aprobación de la muerte no tiene por qué basarse en una evaluación clínica". En cambio, "la muerte es vista como un 'derecho' que, por lo tanto, el estado debe proporcionar".
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