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Día Mundial del Riñón

El 14 de marzo de 2024 se celebró la 19ª Edición del Día Mundial del Riñón, iniciativa de la Sociedad Internacional de Nefrología y de la Federación Internacional de Fundaciones Renales a la que se suman todas las sociedades científicas del mundo.

 

El propósito de este día es atraer la atención de los profesionales, enfermos y público en general sobre la importancia de la enfermedad renal crónica (ERC). 

 

Para 2024, el lema de World Kidney Day, iniciativa conjunta de la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones del Riñón – Alianza Mundial del Riñón (IFKF-WKA), es “Salud renal para todos: promoviendo el acceso equitativo a la atención y una óptima práctica farmacológica”. 

 

El tema de 2024 se centra en crear conciencia para garantizar un acceso equitativo a la atención para las personas que viven con enfermedad renal y así mejorar su calidad de vida, retrasando la progresión de la enfermedad.

Se estima que la enfermedad renal crónica (ERC) afecta a más de 850 millones de personas y fue causa de más de 3.1 millones de muertes en 2019. En la actualidad, la enfermedad renal es la octava causa de muerte y si se deja sin abordaje y atención, se proyecta que será la 5a. causa de muerte en 2040. En las últimas tres décadas, los esfuerzos de tratamiento de la ERC se han centrado en preparar para y ofrecer terapias de reemplazo de la función renal.

 

La campaña 2024 es de concientización global dirigida a crear conciencia sobre la importancia de nuestros riñones promoviendo la igualdad en el acceso a la atención sanitaria.

 

Avances terapéuticos recientes, ofrecen oportunidades sin precedentes para prevenir o retrasar la enfermedad cardiovascular y la falla renal, lo que prolonga tanto la calidad como la cantidad de la vida de aquellos que viven con enfermedad renal crónica. Estas nuevas terapias deben ser universalmente accesibles para todos los pacientes, en todos los países y ambientes, sin embargo, barreras como falta de conciencia sobre la posibilidad de ser portador de enfermedad renal crónica, conocimiento y confianza aún insuficiente sobre estas nuevas terapias, casos de especialistas en enfermedades del riñón y alto costo de los tratamientos, contribuyen a disparidades profundas en acceso, particularmente en países de ingresos económicos medios y bajos, pero también en algunos países de ingresos altos. 


Estas inequidades obligan a promover con énfasis un cambio de foco hacia un incremento de la conciencia sobre la enfermedad renal crónica en la comunidad y a crear y aumentar el desarrollo de capacidades de la fuerza laboral de atención a la salud.

 

Lograr una atención óptima de las enfermedades de los riñones, requiere superar barreras en múltiples niveles y al mismo tiempo considerar las diferencias de contexto entre regiones del mundo. Estos incluyen: brechas en el diagnóstico temprano, falta de cobertura de seguro y de atención médica universal, poca conciencia entre los trabajadores de la salud sobre la enfermedad renal crónica y desafíos en cuanto al costo y accesibilidad de medicamentos. Se requiere una estrategia múltiple para salvar riñones, corazones y vidas.

 

Se requiere un enfoque integral y multinivel para mejorar la atención y cuidado de las enfermedades renales y optimizar la prescripción de medicamentos en todo el mundo.

 

Políticas de Salud – La prevención primaria y secundaria de la enfermedad renal crónica requiere de políticas de salud que integren holísticamente la atención renal en los programas de salud existentes, que aseguren la financiación para la atención de las enfermedades de los riñones y que difundan conocimientos sobre la salud renal a toda la comunidad así como al personal sanitario. Además, se debe implementar un acceso equitativo a la detección de enfermedades de los riñones, con herramientas para un diagnóstico temprano y acceso sostenible a un tratamiento de calidad para prevenir la enfermedad renal crónica o su progresión.


Prestación de atención médica – la atención subóptima de las enfermedades renales se debe a políticas de salud limitadas, a una educación inadecuada tanto de pacientes y familiares como de proveedores de la salud, a falta de recursos para atención de alta calidad ya un acceso limitado a medicamentos de precios altos. Para implementar una estrategia exitosa, es necesario adoptar un enfoque integral, centrado en el paciente y con orientación local para identificar y remediar las barreras a la atención de la enfermedad del riñón con alta calidad.


Profesionales de la salud – Para abordar la escasez de profesionales de primaria y especialistas en riñones, se necesita: minimizar la pérdida de atención de proveedores de la salud dedicados a esto, desarrollar o mejorar la capacitación de los trabajadores de la salud, incluidos médicos de atención primaria, enfermeras y trabajadores de salud comunitarios. La educación sobre la detección adecuada de la enfermedad renal crónica, las recomendaciones y el cumplimiento de las guías de práctica clínica son clave para una implementación exitosa de estrategias terapéuticas efectivas y seguras. Adoptar la innovación científica y utilizar herramientas farmacológicas y no farmacológicas para el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Finalmente, es importante fomentar la comunicación efectiva y la empatía entre los profesionales. Creemos que esto tendrá un gran impacto en el bienestar del paciente.


Empoderar a los pacientes ya las comunidades – En todo el mundo, los pacientes luchan por acceder a atención médica óptima ya los medicamentos, debido a altos costos y desinformación; Esto afecta la adherencia y comportamiento de su salud. Crear conciencia sobre los factores de riesgo de la enfermedad renal crónica, tales como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, mejorar el conocimiento en aspectos básicos de salud sobre estilos de vida saludables y el autocuidado y promover la adherencia a largo plazo a los tratamientos, pueden generar grandes beneficios, especialmente cuando el tratamiento se inicia temprano y se mantiene constante. Involucrar a los pacientes y las comunidades locales en organizaciones de defensa de derechos de salud, les permitirá tomar decisiones informadas y mejorar sus resultados de salud.

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