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Temocilina y la microbiota intestinal

Actualizado: 1 mar 2022


La rica microbiota comensal del intestino distal es un caldo de cultivo para microorganismos resistentes, el daño colateral a la microbiota humana puede ocurrir con el uso de antibióticos.

Según el informe de un estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases, realizado en adultos con infección febril del tracto urinario (ITU), el uso de un "antibiótico olvidado" llamado temocilina condujo a una menor alteración de la microbiota intestinal que la cefotaxima, con proporciones enterobacterales significativamente más bajas. La susceptibilidad a las cefalosporinas de tercera generación también se redujo en los pacientes que recibieron temocilina.


El objetivo del estudio fue evaluar el uso de temocilina con respecto a la colonización intestinal con patógenos resistentes a la cefalosporina de tercera generación.


Los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Linköping, Suecia, señalaron que la creciente prevalencia de infecciones por E coli resistentes a la cefalosporina de tercera generación ha llevado al uso de carbapenems y a un mayor riesgo de enterobacterales multirresistentes e infección por C difficile.


Debido a que la cefotaxima y otras cefalosporinas de tercera generación se asocian con un mayor riesgo de selección de resistencia a los antimicrobianos, se han buscado antibióticos alternativos.


En el tratamiento empírico de las infecciones urinarias febriles, la temocilina, que tiene un espectro estrecho y ha demostrado un bajo riesgo de infección por C difficile, en relación con las cefalosporinas y los carbapenems, puede ser una alternativa que es menos propensa a alterar la microbiota intestinal.


En el ensayo, que fue un estudio aleatorizado, multicéntrico, de superioridad y abierto de fase 4, se incluyeron 152 pacientes adultos ingresados en 12 hospitales suecos y tratados por infección urinaria febril presunta o diagnosticada (complicada o no complicada), incluida la pielonefritis. Todos tenían indicaciones para el tratamiento antibiótico intravenoso.


Se les asignó aleatoriamente 1:1 a 2 g de temocilina (n = 77) o 1-2 g de cefotaxima (n = 75), ambos administrados cada 8 horas, etiqueta abierta, pero enmascarados, a los que realizaban análisis microbiológicos. Los pacientes fueron tratados durante 7-10 días (14 en presencia de bacteriemia), con un mínimo de 3 días en el fármaco del estudio, con un cambio a agentes orales (ciprofloxacina, ceftibuteno, cefixima o cotrimoxazol) permitidos posteriormente a la mejoría. La colonización se determinó a través de hisopos rectales.


El resultado primario compuesto fue la colonización con Enterobacterales con susceptibilidad reducida a cefalosporinas de tercera generación, o la colonización con C. difficile productora de toxinas, o ambas. Se evaluó después de la interrupción del fármaco intravenoso del estudio, pero antes de que se iniciara la reducción a la terapia oral.

La edad media de los pacientes fue de 72,5 años y el 54% eran mujeres. El análisis reveló una menor alteración de la microbiota intestinal en el grupo de temocilina, con el criterio de valoración primario compuesto cumplido en 18 (26%) de 68 participantes que recibieron temocilina, y en 30 (48%) de 62 pacientes que recibieron cefotaxima (diferencia de riesgo –22%; IC del 95%, –42% a –3%).


El análisis de la microbiota mostró una proporción significativamente menor de Enterobacterales en el grupo de temocilina frente al grupo de cefotaxima con susceptibilidad reducida a cefalosporinas de tercera generación (P = .0049). Si bien se detectó colonización intestinal por C difficile productora de toxina después del tratamiento farmacológico del estudio intravenoso en 3 pacientes que recibieron temocilina y en 1 paciente que recibió cefotaxima, ninguno de estos desarrolló infecciones por C difficile.


Las tasas de eventos adversos fueron similares: 52% en el grupo de temocilina y 45% en los grupos de cefotaxima. Se produjeron eventos adversos graves en el 4% de los pacientes que recibieron temocilina y el 1% que recibieron cefotaxima. Los eventos adversos más comunes fueron diarrea y dolor abdominal.


Dada la seguridad y eficacia bacteriológica comparables de la temocilina y la cefotaxima con menos alteración de la microbiota intestinal de la temocilina, los autores concluyeron que la temocilina es una alternativa ecológicamente favorable a la cefotaxima en el tratamiento de las infecciones urinarias febriles.


En áreas con alta prevalencia de uropatógenos resistentes, la temocilina es una buena alternativa a los carbapenémicos de repuesto.


Según los expertos, es importante determinar la duración del tratamiento con antibióticos, lo que podría ser una forma más eficiente de evitar daños colaterales a la microbiota intestinal.


Una ventaja adicional del uso de temocilina sería una menor selección de bacterias intestinales resistentes en los hospitales, reduciendo las infecciones relacionadas con el hospital por bacterias resistentes. Estudios recientes de bacteriemia por Enterobacterales han demostrado que es posible acortar la duración del tratamiento de 14 a 7 días. Se justifican los ensayos controlados aleatorios para encontrar la duración mínima del tratamiento intravenoso necesario para la IU febril entre mujeres y hombres.


Referencia


Lancet Infect Dis. Published Online October 28, 2021.

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