El bajo deseo sexual en las mujeres y sus molestias es controlado, por un gran número de médicos, mediante la administración de testosterona, sin embargo, en la mayoría de los países, incluido los EE. UU, no hay una formulación específica para mujeres.
Un meta análisis publicado en Lancet, se propuso demostrar la eficacia de la testosterona en mujeres menopáusicas y su mejor vía de administración. El estudio se enfocó en los parches transdérmicos que liberan 300 µg de testosterona diariamente (lo que resulta en niveles de testosterona en sangre en el extremo superior del rango premenopáusico) o formulaciones no transdérmicas en dosis que alcanzan niveles de testosterona en sangre cercanos a los alcanzados con el parche.
Se revisaron 46 informes de 36 ensayos controlados aleatorios con 8.480 participantes, la mayoría tuvo una duración de 12 a 24 semanas siendo el período más largo de 2 años.
En comparación con el placebo (o un comparador como el estrógeno menopáusico con o sin progestina), la Testosterona mejoró significativamente los resultados de la sexualidad, incluida la frecuencia de eventos, el deseo, el placer, la excitación, el orgasmo y la autoimagen en mujeres posmenopáusicas afectadas por un deseo sexual bajo y molesto.
La testosterona aumentó significativamente la función sexual, incluida la frecuencia satisfactoria de eventos sexuales (diferencia media 0·85, IC 95% 0·52 a 1·18), deseo sexual (diferencia de medias estandarizada 0·36, IC 95% 0·22 a 0·50), placer (diferencia de medias 6·86, IC 95% 5·19 a 8·52), excitación (media estandarizada diferencia 0·28, IC 95% 0·21 a 0·35), orgasmo (diferencia media estandarizada 0·25, IC 95% 0·18 a 0·32), capacidad de respuesta (diferencia media estandarizada 0·28, IC 95% 0·21 a 0·35) y autoimagen (diferencia media 5·64, IC 95% 4·03 a 7·26), y preocupaciones sexuales reducidas (diferencia media 8·99, IC 95% 6·90 a 11·08) y angustia (diferencia de medias estandarizada −0·27, IC 95% −0·36 a −0·17) en mujeres posmenopáusicas.
Aunque la testosterona transdérmica no alteró los niveles de lípidos en suero, la testosterona oral aumentó el colesterol LDL y redujo el colesterol total, HDL y triglicéridos. También se asoció con aumento de peso y aumento de los informes de acné y crecimiento del cabello, pero no causó eventos adversos graves.
Se observó un aumento significativo en el colesterol LDL y reducciones en las cantidades de colesterol total, colesterol HDL y triglicéridos, con testosterona administrada por vía oral, pero no cuando se administra por vía no oral (parche transdérmico o crema) .
Se registró un aumento general de peso con el tratamiento con testosterona. No se informaron efectos de la testosterona para la composición corporal, las variables musculo esqueléticas o las medidas cognitivas, aunque el número de mujeres que aportaron datos para estos resultados fue pequeño.
Los investigadores concluyeron que la testosterona es efectiva para mujeres posmenopáusicas con bajo deseo sexual que causa angustia, prefiriéndose la administración por vías no orales (Aplicación transdérmica) debido a un perfil lipídico neutro.
Los efectos de la testosterona sobre el bienestar individual y la salud musculo esquelética y cognitiva, así como la seguridad a largo plazo, justifican una mayor investigación.
Aunque este informe no arrojó evidencia de que testosterona afecte negativamente los resultados cardiovasculares, mamarios o endometriales, la naturaleza a corto plazo de los ensayos no permite sacar conclusiones sobre la seguridad a largo plazo de testosterona. Este metanálisis respalda el uso de testosterona transdérmica para mujeres menopáusicas con bajo deseo sexual molesto. Sin embargo, hay que esperar que formulaciones y dosis específicas para mujeres estén disponibles.
Referencia
Rakibul M Islam, PhD, Prof Robin J Bell, MBBS, Prof Sally Green, PhD, Matthew J Page, PhD, et al Fuente: The Lancet DOI:https://doi.org/10.1016/S2213-8587(19)30189-5 Safety and efficacy of testosterone for women: a systematic review and meta-analysis of randomised controlled trial data