Investigadores del Barbra Streisand Women's Heart Center y Women's Guild Chair of Women's Health del Cedars Sinai Medical Center, de Los Ángeles, Estados Unidos, afirmaron, en el último Congreso Argentino de Cardiología llevado a cabo del 17 al 19 de octubre,¹ que el índice de masa corporal no debería ser tomado en cuenta para valorar el riesgo cardiovascular y, en cambio, habría que enfocarse a determinar la masa muscular o evaluar los niveles de actividad física o aptitud (fitness) de los pacientes. "El índice de masa corporal —que surge de dividir el peso en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros— es una medida engañosa" indicaron, el peso está "sobreestimado" como factor de riesgo cardiovascular y la aptitud física, subestimada, tanto en hombres como en mujeres. El índice de masa corporal es una medida imperfecta, porque no determina musculo, que es el factor más importante, de hecho, el peso corporal no está incluido en ninguno de los puntajes de riesgo cardiovascular, afirmaron.
En un meta análisis de 230 estudios de cohorte prospectivos que reportaron más de 3,74 millones de muertes, el índice de masa corporal asociado con menor mortalidad en hombres y mujeres estuvo entre 24 y 25. Sin embargo, los valores están muy influenciados por factores de riesgo y confundidores. Por ejemplo, entre las mujeres que nunca fumaron, el índice de masa corporal ideal llega a 28, un valor que se considera sobrepeso y se aproxima a obesidad, pero que no aumenta necesariamente el riesgo de mortalidad, indicaron los investigadores.
Ni el índice de masa corporal ni las balanzas son precisos para evaluar el estado de salud o predecir eventos y muertes. A partir de un estudio publicado en 2016 se calculó que 54 millones de personas en Estados Unidos que encuadrarían dentro de las categorías "sobrepeso" y "obesidad" son saludables desde el punto de vista cardiometabólico, esto es, considerando los valores de presión arterial, triglicéridos, colesterol, glucemia, resistencia a la insulina y proteína C-reactiva. En cambio, 21 millones con peso "normal" tienen alteraciones en esos indicadores.²
El índice de masa corporal como tal no discrimina entre las personas con una adiposidad elevada y aquellos cuyo peso responde a una mayor proporción corporal de músculos, como podría ser el caso de deportistas. Los investigadores indican que están llegando a la conclusión de que es mucho más importante tener músculo, mientras que el peso no parece importar.
El estudio PLoS One en el 2018, sobre casi 12.000 participantes, determinó que aquellos pacientes que tienen la masa muscular preservada tienen apenas un ligero incremento de la mortalidad por todas las causas en los rangos de índice de masa corporal 22≤25, 25≤30, 30≤35 y 35≤40.³ "Las asociaciones del índice de masa corporal con la adiposidad y la mortalidad están mediadas por la masa muscular, la aptitud física (fitness) es un predictor mucho más importante que la gordura (fatness) y es igualmente protector para todos los niveles de índice de masa corporal, concluyeron los autores.
Además, los investigadores añadieron que la contribución de estos factores explica por qué el llamado "efecto yo-yo", la pérdida y recuperación sucesiva de peso, se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular tanto en hombres como mujeres. Cuando pierdes peso, es a expensas de grasa y musculo y cuando lo recuperas, recuperas predominantemente grasa. Por lo tanto, la variación cíclica del peso conduce de manera progresiva a sarcopenia, de modo tal que la solución es hacer ejercicio para asegurar de que, cuando se vuelva a ganar peso, sea por mayor cantidad de músculo, señalaron. Todo el ejercicio suma y el sedentarismo es un factor de riesgo con entidad propia.
El peso y la aptitud física están interrelacionados porque, en general, "las personas con obesidad se mueven bastante menos".
"Sin embargo, hay una población de personas con sobrepeso u obesidad que es muy activa. Y es muy diferente su situación de riesgo cardiovascular respecto de aquellos que son sedentarios.
Los médicos suelen indicar a sus pacientes que caminen o hagan actividad física, pero debería ser una prescripción médica más detallada, como cuando se receta un medicamento y se brindan las pautas para tomarlo. El ejercicio también es un tratamiento y hay que precisar el tipo y calidad. Hay pacientes que se fatigan rápidamente y en quienes sería aconsejable trabajar primero sobre la masa muscular, con ejercicios aérobicos, para que después tengan resistencia y no se desalienten, aconsejan los expertos.
Referencias
1. Mesa Glaciar: “Haciendo foco en el corazón de la mujer”. 45° Congreso Argentino de Cardiología. Presentada el 18 de octubre de 2019; Buenos Aires, Argentina.
2. Tomiyama AJ, Hunger JM, Nguyen-Cuu J y Wells C. Misclassification of cardiometabolic health when using body mass index categories in NHANES 2005-2012. Int J Obes (Lond). May 2016;40(5):883-6. doi: 10.1038/ijo.2016.17. PMID: 26841729. Fuente
3. Abramowitz MK, Hall CB, Amodu A, Sharma D, y cols. Muscle mass, BMI, and mortality among adults in the United States: A population-based cohort study [published correction appears in PLoS One. 2018 May 24;13(5):e0198318]. PLoS One. 2018;13(4):e0194697. Published 2018 Apr 11. doi:10.1371/journal.pone.0194697. PMID: 29641540. Fuente
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