Dr. Alberto Castillo
Coordinador de la Unidad de Atención Integral de VIH, Hospital Eugenio Espejo.
El VIH-Sida sigue siendo uno de los problemas más graves de salud pública en el mundo y aunque no existe cura para la infección por este virus, adelantos recientes en el tratamiento con antirretrovirales eficaces, permiten mantener controlado el virus, prevenir la transmisión y las personas seropositivas pueden vivir más tiempo y en mejor estado de salud.
El doctor Alberto Castillo, especialista en tratar pacientes con VIH-Sida en el país, nos comenta sobre esta enfermedad y los esquemas de tratamiento que se están utilizando actualmente en Ecuador. El doctor Castillo terminó la carrera de medicina hace aproximadamente 30 años en la Universidad Central del Ecuador, desde ahí su experiencia profesional. Continuó su formación en la Universidad Internacional del Ecuador, en donde obtuvo la especialidad en Medicina Interna y posteriormente cursó una maestría en VIH-Sida en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid, España.
Por su formación y experiencia lideró por varios años el Servicio de Medicina Interna del Hospital Eugenio Espejo, el segundo centro hospitalario a nivel nacional que trata a pacientes con VIH-Sida en el país y actualmente es el Coordinador de la Unidad de Atención Integral de VIH en este hospital, en el que ha entregado sus servicios desde el año 2000 como médico tratante.
La Unidad de Atención Integral de VIH del Eugenio Espejo, se fundó en el 2002 y fue la primera en funcionar como unidad a nivel nacional dentro de la red de centros médicos y hospitalarios del Ministerio de Salud Pública. En sus inicios, empezaron atendieron a 40 pacientes que ya estaban en tratamiento, sin embargo, acudieron a este servicio público por consulta médica y medicina gratuitas, nos relata el doctor Castillo.
Anualmente ocurren más de un millón de muertes a causa del VIH. Cifras estimadas de la OMS indicaron a finales de 2019, que hay alrededor de 37 millones de personas infectadas por VIH en el mundo, el 60% de este número se concentra en África y se reportó que aproximadamente 1.8 millones portadores del virus están en Latinoamérica.
El doctor Castillo nos indicó que, en Ecuador al cierre del 2019 según datos del Ministerio de Salud, el número estimado de personas infectadas por VIH ascendió a 47.206, de las cuales 37.793 son diagnosticadas y conocen de la enfermedad y de estas solo 27.304 personas se encuentran en tratamiento. De los que eligieron mantener un tratamiento, 22.312 están bien controlados y tienen carga viral indetectable.
El VIH no tratado infecta y mata las células CD4, que son un tipo de célula inmunitaria llamada células T. Con el tiempo y a medida que el VIH mata más células CD4, hay más probabilidades de que el cuerpo contraiga varios tipos de infecciones y cánceres.
Se considera que el sistema inmunitario es deficiente cuando deja de cumplir su función de contrarrestar las infecciones y enfermedades. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) es un término que se aplica a los estadios más avanzados de la infección por VIH y se define por la presencia de alguna de las más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el VIH.
Habida cuenta del acceso creciente a la prevención, diagnóstico, tratamiento y atención eficaces del VIH, incluidas las infecciones oportunistas, la infección por este virus se ha convertido en una enfermedad crónica llevadera, comentó el doctor Castillo, permitiendo a las personas que viven con esta enfermedad llevar una vida larga y saludable, siempre y cuando reciban un tratamiento oportuno y temprano. Personas de 20 a 30 años seropositivos, que años atrás hubieran vivido seis meses, ahora gracias a la medicación y si empiezan a tratarse a tiempo, pueden vivir unos 50 años promedio más. Lo que equivale a una esperanza de vida normal.
Siguiendo este precepto, la Unidad de Atención Integral del Eugenio Espejo viene trabajando en un programa de tamizaje desde inicios del año 2018, para diagnosticar a quienes desconocen que son portadores del virus. La primera fase fue de capacitación para los profesionales de centros de atención integral, centros de atención primaria, centros de salud, que son parte del Ministerio de Salud a nivel nacional, quienes son los encargados de realizar estas pruebas.
Con las nuevas pruebas de cuarta generación que dispone el Estado, se puede detectar VIH en un paciente después de 15 días de su contagio, es decir en la fase de primo infección, antes se tenía que esperar mínimo 3 meses de contagio. Este un avance importante que ha traído un gran beneficio al programa, nos indica el doctor Castillo. Cada vez se dispone de más pruebas rápidas de detección del VIH, que constituyen una alternativa eficaz y aceptable para facilitar el acceso a las personas que no tienen centros de salud cercanos, facilitado el diagnóstico y la vinculación con el tratamiento y la atención, añadió el galeno.
Antes de la ejecución del programa, se conocía que 21.000 personas eran portadores de VIH en el país y hasta la fecha, después de casi tres años de trabajo, esta cifra ha ascendido a 37000. Estas pruebas de tamizaje son voluntarias y gratuitas, y se aplicaron, no solo a personas que llegaban a la unidad de atención sino también a familiares o personas del círculo del paciente. Con el diagnóstico positivo los pacientes de inmediato acceden al tratamiento.
Se están haciendo pruebas de tamizaje a nivel nacional, en los centros de atención integral instalados por el Ministerio de Salud, que ahora son 4 en Quito y más de 60 en todo el país, que tienen tratamientos antirretrovirales disponibles.
Otro hito importante que resaltó el doctor Castillo referente al programa, es el nuevo esquema de tratamiento que se está prescribiendo a los pacientes con VIH, mismo que se encuentra en las guías nacionales que se han actualizado desde el año pasado. Los nuevos fármacos son más tolerables y menos tóxicos.
Los esquemas del tratamiento anterior, solo se prescriben en casos puntuales, en donde el paciente tenga intolerancia al medicamento o se presenten reacciones o efectos adversos por otras enfermedades asociadas. Estos medicamentos estarán disponibles hasta agotar existencias. Al momento se prescribe el nuevo tratamiento para casos con diagnóstico reciente y el resto de pacientes con VIH iniciarán un proceso de transición al nuevo fármaco a partir de enero de 2021 con valoración continua en el proceso.
La posología de los nuevos antirretrovirales, es una tableta diaria que contiene 3 compuestos, a diferencia del número de tabletas que incluía el tratamiento anterior. El cambio al nuevo esquema, implica también un ahorro al Estado, de USD $ 237,00 invertidos por paciente al mes, sin contar el costo de otros medicamentos para patologías asociadas, la inversión actual es de USD $ 58,00 por paciente al año.
El trabajo es continuo, recalca el doctor Castillo, con referencia al Día Mundial del VIH que se celebró el pasado 1 de diciembre, porque con la campaña de un día no basta, el llamado de atención a las personas para prevenir la enfermedad y a las autoridades para que inviertan en salud, investigación local y mejores tratamientos para pacientes con VIH, debe ser permanente.
El doctor Alberto Castillo persiste en su mensaje, “todos los pacientes desde que son diagnosticados deben iniciar el tratamiento, aunque sean asintomáticos; un paciente con un tratamiento adecuado y oportuno puede vivir con normalidad toda su vida, en las mismas condiciones que cualquier persona. El objetivo es evitar que el paciente baje las defensas y llegue a la fase Sida”.
Cuando se deja de tomar la medicación, el virus vuelve a replicarse y a destruir las defensas (células CD4). Aunque se trata de una decisión personal, hoy sabemos que tomarse unas “vacaciones” de la medicación podría ser perjudicial.
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