Existen importantes variaciones circadianas en el metabolismo energético y la regulación de la glucosa en humanos.
La alteración del ritmo circadiano normal de la alimentación, como ocurre con el trabajo por turnos, puede provocar aumento de peso y diabetes.
La obesidad se asocia con alteraciones circadianas del metabolismo energético y de la glucosa. Comprender y abordar estas asociaciones podría conducir a estrategias que mejoren el peso y la salud metabólica de las personas que viven con obesidad.
Un estudio de Oregon Health & Science University publicado en la revista Obesity descubrió que las personas que tienen un peso saludable utilizan más energía durante el día, cuando las personas están activas y comen. En contraste, quienes tienen obesidad gastan más energía durante la noche, cuando la mayoría de las personas duerme. El estudio también descubrió que, durante el día, quienes tienen obesidad tienen niveles más altos de la hormona insulina, lo cual es una señal de que el cuerpo trabaja más arduamente para usar la glucosa, un tipo de azúcar lleno de energía.
Las personas con obesidad queman calorías en ciclos circadianos diarios que están alterados en comparación con aquellas sin la enfermedad y el punto más bajo de gasto energético se produce durante sus horas de vigilia, en contraposición al gasto más bajo durante las horas de sueño observado típicamente en las personas con un peso saludable.¹ Alteraciones circadianas también se observan en la regulación de la glucosa, donde las personas con obesidad presentaron una relativa mayor intolerancia a la glucosa durante el día con menos producción de insulina durante la noche.
En el estudio participaron 30 voluntarios de peso saludable o con obesidad, que se sometieron a un riguroso protocolo circadiano que incluía tiempos designados para la vigilia y el sueño y comer en el transcurso de cada día durante 5 días.
De los pacientes, 13 tenían un peso saludable (índice de masa corporal [IMC]: 25 kg/m2 a 29 kg/m2) y 17 tenían obesidad (IMC > 30 kg/m2). Su edad promedio era 48 años y 14 eran mujeres.
Además de someterse periódicamente a análisis de sangre, glucosa e insulina, los participantes realizaron ejercicios mientras se les monitoreaba con un calorímetro indirecto que mide los niveles de dióxido de carbono exhalado y calcula el gasto energético.
Tras un día de referencia con un periodo de sueño normal, los participantes entraban en un protocolo de "desincronía forzada" para desvincular los comportamientos de los ciclos de sueño y vigilia de los patrones endógenos del metabolismo de la energía y la glucosa.
Las dietas de los participantes se estandarizaron en función de las necesidades calóricas diarias y era idéntico su contenido en nutrientes. Las comidas y las sesiones de pruebas de ejercicio se distribuyeron durante todo el ciclo circadiano.
La evaluación de la glucosa y la insulina se realizó en otro subconjunto de 19 participantes, de los cuales 11 eran de sexo masculino, 7 tenían un peso saludable y 12 tenían obesidad.
Entre los participantes del grupo de peso saludable, el periodo más bajo de gasto energético, independientemente de que estuvieran descansando o haciendo ejercicio, ocurrió durante las horas en las que el participante estaría habitualmente durmiendo.Por el contrario, entre los pacientes con obesidad, el periodo más bajo de gasto energético ocurrió durante el tiempo en que suelen estar despiertos. Sin embargo, sus valores de gasto energético fueron similares en todas las fases circadianas, sin el ajuste de la utilización de energía durante el descanso observado entre los que tenían un peso saludable durante la noche circadiana.
Los participantes con obesidad mostraron una mayor intolerancia a la glucosa durante el día circadiano, con una menor producción de insulina durante la noche circadiana.
El grupo con obesidad presentó una mayor utilización de carbohidratos frente a la de grasas con el ejercicio durante el día. Sin embargo, no hubo diferencias significativas durante la fase circadiana en ninguno de los grupos en cuanto al hambre subjetiva.
Fue sorprendente encontrar una significativa diferencia en los momentos en que el cuerpo consume energía en aquellas personas con obesidad, Sin embargo, no estamos seguros por qué, indicaron los autores. Consumir menos energía durante el día podría contribuir a la obesidad, o podría ser el resultado de la obesidad.
Referencia
AW, Thosar SS, Bowles NP, Butler MP, y cols. Obesity alters the circadian profiles of energy metabolism and glucose regulation in humans. Obesity (Silver Spring). 15 Nov 2023. doi: 10.1002/oby.23940. PMID: 37964700. Fuente
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