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Implementación de la fase 0 en la vacunación contra la COVID-19 en el Ecuador

Actualizado: 1 mar 2021



Enrique Teran, MD, PhD

Docente e investigador universitario. Miembro de la Academia Ecuatoriana de Medicina y de la Academia de Ciencias del Ecuador.






Según Wikipedia, un estudio piloto, proyecto o experimento piloto es una escala pequeña del estudio preliminar desarrollado para evaluar viabilidad, tiempo, coste, acontecimientos adversos, y para mejorar el diseño de estudio previo al rendimiento de un proyecto de búsqueda a gran escala.


Cabe entonces asumir, que debe existir el proyecto de gran escala y ahí comienza el problema por el cual estamos preocupados la gran mayoría de los ecuatorianos, pues el Ministerio de Salud Pública ha presentado únicamente varios boletines de prensa (https://www.salud.gob.ec/plan-vacunarse/) pero parece que en realidad ¡no tiene elaborado ningún plan de vacunación!


Para la construcción de dicho plan, como lo han hecho en otros países de la región, se necesita en primer lugar contar con información, confiable y actualizada, sobre el número de casos y las tasas de positividad, algo que por supuesto depende del número de pruebas diagnósticas que se realicen.


Nuevamente hay que, con pesar, destacar que en el Ecuador ahora no solo que las pruebas son insuficientes, sino que van en franco descenso. Parecería que, en un afán de autoengaño, se van dejando de hacer pruebas con el afán de reportar menos casos …, ¡que grave error! Solo con esa información sería posible identificar las zonas de mayor concentración y crecimiento de casos, al tiempo que, de implementar o incentivar la realización de más pruebas, particularmente a nivel comunitario, se podría obtener una aproximación sobre el grado de “penetración” comunitaria de la enfermedad, o lo que es lo similar, de contagiados asintomáticos.


Otro elemento fundamental es, determinar el número estimado de potenciales vacunados para lograr un “punto de equilibrio” entre infectados y no infectados, o la “inmunidad de rebaño” que tanto se ha mencionado. Muchos países han realizado sus respectivos cálculos, aquí nosotros, en la Universidad San Francisco de Quito, con estudiantes de la Maestría en Salud Pública y del Doctorado de Microbiología, publicamos en la revista Frontiers in Applied Mathematics and Statistics un modelaje matemático (https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fams.2020.571544/full) según el cual, se necesita inmunizar al menos al 55% de la población ecuatoriana. En este sentido, el Ministerio de Salud Pública, sin revelar fuente alguna, de forma consistente habla de inmunizar a un 60% (https://www.salud.gob.ec/msp-anuncio-plan-de-vacunacion-a-traves-de-una-alianza-publico-privada/).


Entonces, asumiendo una población de 16 millones, se debería vacunar al menos a 9.6 millones de ecuatorianos, para lo cual se van a requerir un estimado de 18 millones de dosis y el Ministerio de Salud Pública aparentemente garantiza la disponibilidad de las vacunas desde Pfizer/BioNtech (2 millones confirmadas y 2 millones tentativos), AstraZeneca/Oxford (5 millones) y la restante cantidad a partir de la iniciativa COVAX liderada por la Organización Mundial de la Salud (https://www.salud.gob.ec/msp-informa-sobre-adquisicion-de-la-vacuna-covid-19/; https://www.salud.gob.ec/autoridades-gubernamentales-informan-sobre-actualizacion-de-situacion-de-la-pandemia-en-el-pais/). Sin embargo, en ninguno de los casos se tienen detalles sobre la negociación realizada, particularmente se desconoce el precio por dosis y las fechas de entrega. Esto, aparentemente, debido a ciertas “cláusulas contractuales” y un especial hermetismo de las autoridades involucradas, que parecen olvidar que la confidencialidad no impide la trasparencia.


Por todo esto, un verdadero plan de vacunación con criterio epidemiológico es indispensable, a fin de optimizar el uso de los diferentes “lotes” de vacuna que se van a recibir, describiendo quiénes serán vacunados inicialmente y de que sitio serán escogidos, al igual que prioridades se va a aplicar. Algo extremadamente importante para evitar pequeños conglomerados de vacunados que no permitan visibilizar el impacto de la vacunación: “una gota de tinta en un vaso no pinta igual que la misma gota en una piscina”.


Desafortunadamente, toda la maquinaria de la creada alianza público/privada se enfocó en establecer una logística para manejar la vacuna que requiere ultracongelación (-70oC), basados en el supuesto que se iban a recibir 2 millones de vacunas de Pfizer/BioNtech, hasta que se confirmó que inicialmente tan solo llegarían 50 mil dosis, y entonces toda la “estrategia” se volcó a la implementación de este mal llamado “plan piloto” de vacunación.


Es que al comunicar que se iba a recibir tan limitado número de unidades, se debía inmediatamente informar a quien, y en donde se las aplicaría, pero eso se dejó “pendiente” y se empezó a hablar por un lado de “prioridades” y por otro de “equidad”. Más todavía cuando, en un afán “tranquilizador” se anunció la gran conquista de haber conseguido ampliar ese ínfimo número a un total de 86 mil dosis (0.48% de lo necesario). Lastimosamente, esa tensión se vio agravada por la penosa realidad, de que, debido a problemas de abastecimiento, el primer despacho sería ¡solo 8 mil dosis!


Entonces sobrevino la angustia generalizada y las especulaciones, pues públicamente se anunció que serían para el personal de “primera línea” y las personas que se encuentren en los centros gerontológicos y sus cuidadores. Se habló de cubrir 96 unidades de salud de 44 cantones y se solicitó que todo el personal de salud se “registre” para una suerte de “lotería” entre los posibles candidatos a recibir la vacuna. Pronto aparecieron las críticas e insatisfacción entre los no preseleccionados, pero la autoridad sanitaria ratificó que mediante el Plan Vacunarse “Yo Seguro sí” tenía listos los mecanismos de control para evitar desvíos (https://www.salud.gob.ec/msp-y-pfizer-capacitaron-a-personal-de-salud-para-iniciar-plan-vacunarse-yo-seguro-si/).


Lo cierto es que llegaron las vacunas y enseguida se habló de resguardo militar para custodiar las vacunas en un sitio secreto, desde donde se va a manejar la distribución de las dosis asignadas a cada institución. Gran sorpresa causó, ver en la televisión la llegada de un camión refrigerado custodiado por motos y patrulleros, rodeado de policías y militares, en el cual se trasportaba una pequeña caja con 30, 50 o 100 dosis … (¿20 viales?) …, algo inaudito e innecesario, aparte que esa logística multiplicó al menos por 10 el precio de cada dosis administrada. Sorpresa también al escuchar que había nombres en el listado que no concurrieron a recibir la vacuna o que algunos la rechazaron en ese momento: ¿no había una preselección? Surgieron entonces los casos de vacunados “infiltrados” que salieron a la luz principalmente por su imprudencia de publicarlo en las redes sociales, pero ¿cuántos más ocurrirían? Se cuestionó que el Señor Ministro decida vacunarse entre los primeros, que se aplique vacuna a las autoridades de los hospitales y hasta a médicos que ya habían tenido la enfermedad, todos esos casos explícitamente excluidos públicamente. Poco después se dio la polémica decisión del Señor Ministro al ordenar la vacunación prioritaria de personas no incluidas en los listados, que inclusive eran de su familia, en un claro conflicto de interés y porque no, abuso de autoridad.


En todo caso, mientras el Señor Presidente había anunciado semanas atrás que el país tenía la capacidad de vacunar 30 mil personas al día, a la fecha se asume que han colocado menos de 500 dosis diarias, por lo que matemáticamente vacunar a 9 millones de ecuatorianos ¡llevará años!, más todavía cuando no se sabe cuándo va a llegar el siguiente envío y peor el gran volumen de unidades. Pero también nos debe preocupar:


  1. Hasta ahora no hay un solo reporte de farmacovigilancia, es milagroso que en Ecuador no hay eventos adversos con la vacuna;

  2. Que de una forma inaudita, por no decir irresponsable, el fabricante de la vacuna sugiere que del volumen remanente de seguridad en sus viales diseñados para obtener 5 dosis, se puede “obtener” una sexta dosis, y nuestro ministerio de salud inmediatamente comunica su implementación; y

  3. Frente al desabastecimiento que parece existir a nivel mundial, el fabricante sugiere que la ventana de 21 días para la segunda dosis, que es la evidenciada en los estudios, puede ampliarse hasta más del doble. Situaciones complejas, producto de la angustia y de la presión social, que, sin embargo, vuelven a poner de manifiesto la necesidad de seguir educando a la población y de mejorar la comunicación.


En conclusión, hasta que la vacunación sea masiva, lo mejor es que trate de quedarse en su casa, y si tiene que salir por favor use la mascarilla bien y todo el tiempo, lávese las manos con frecuencia o use alcohol gel y evite estar en grupo, en sitios cerrados o mantenga el distanciamiento social recomendado ... ¡Cuídese y cuídeme por favor!!

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