Un estudio, que incluyó más de 200.000 individuos de una base de datos de un seguro estadounidense, publicado en la versión electrónica de Annals of Internal Medicine, reporta que los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa-2 pueden reducir el riesgo de gota en adultos con diabetes de tipo 2.¹
La glucosuria producida por los inhibidores de cotransportador de sodio y glucosa-2 da lugar a la excreción de ácido úrico hacia la orina y una reducción en sus niveles séricos, pero no se había demostrado antes una relación con la gota.
El estudio demostró una reducción del riesgo relativo de gota de casi 40% entre adultos a los que se prescribieron inhibidores de cotransportador de sodio y glucosa-2, en comparación con los que recibieron agonistas de receptor de péptido similar a glucagón-1, los cuales no disminuyen los niveles de ácido úrico. La reducción del riesgo absoluto fue de casi tres adultos menos con gota por 1.000 años-persona.
Los investigadores, pertenecientes a la Division of Pharmacoepidemiology and Pharmacoeconomics at Brigham and Women's Hospital, en Massachusetts, Estados Unidos, afirman que los hallazgos indican que los inhibidores de cotransportador de sodio y glucosa-2 podrían ser una clase eficaz de fármacos para prevenir la gota en pacientes con diabetes o trastornos metabólicos.
Los autores recuerdan que se necesitan nuevos tratamientos para la gota, tomando en cuenta que el reciente estudio aleatorizado CARES (Cardiovascular safety of febuxostat and alopurinol in participants with gout and cardiovascular comorbidities) demostró una relación entre febuxostat y aumento del riesgo de muerte por causas cardiovasculares y de la mortalidad por todas las causas, en comparación con alopurinol, lo que condujo a que la Food and Drug Administration de Estados Unidos incluyera en el prospecto una advertencia en recuadro.
De un total de 295.907 pacientes que tenían diabetes de tipo 2, sin gota actual o previa, atendidos entre marzo de 2013 y diciembre de 2017, la equiparación de la puntuación de propensión uno a uno para factores de confusión dio por resultado 119.530 pacientes con una nueva prescripción de un inhibidor de cotransportador de sodio y glucosa-2 y el mismo número de pacientes con una nueva prescripción de agonistas de receptor de péptido similar a glucagón-1.
La media de seguimiento fue de 302 días para el grupo tratado con inhibidor de cotransportador de sodio y glucosa-2, y de 261 días para el grupo tratado con agonistas de receptor de péptido similar a glucagón-1. Se establecieron diagnósticos subsiguientes de gota en 486 pacientes del grupo que recibió inhibidor de cotransportador de sodio y glucosa-2 frente a 685 del grupo que recibió agonistas de receptor de péptido similar a glucagón-1 (4,9 frente a 7,8 por 1.000 años-persona, respectivamente). El hazard ratio correspondiente de 0,64 fue significativo. Los resultados fueron congruentes independientemente de edad, género y uso inicial de diurético. Se observaron también resultados significativos en los análisis de sensibilidad de los participantes que solo recibieron hasta durante un año la medicación (5,6 frente a 7,7 por 1.000 años-persona; hazard ratio: 0,73), y cuando se comparó a los usuarios de inhibidor de cotransportador de sodio y glucosa-2 con nuevos usuarios de inhibidores de dipeptidilpeptidasa-4 equiparados en cuanto a propensión (hazard ratio: 0,66).
Los investigadores puntualizan que, dado que se excluyó a los individuos con antecedente de gota, los estudios observacionales subsiguientes de pacientes con gota prevalente y de quienes tengan riesgo inicial más alto de gota (como los mayores de 65 años y aquellos con enfermedad cardiovascular documentada) serán muy importantes para determinar si la magnitud del beneficio potencial que se observó en el estudio, representa una subestimación. Lógicamente pacientes con hiperuricemia y concentraciones séricas de ácido úrico más altas al inicio tienen más posibilidades de reducir los niveles de ácido úrico. Si se demuestra, esto será relevante para adultos con diabetes que también tienen hiperuricemia y tal vez también podrán ser relevantes para adultos con hiperuricemia que no padecen diabetes.
Sin embargo, los autores advierten que debe valorarse el potencial del beneficio antigotoso de los inhibidores de cotransportador de sodio y glucosa-2 tomando en cuenta los riesgos conocidos, tales como infecciones genitales y casos infrecuentes de cetoacidosis diabética, una asociación con amputación de extremidad inferior y costo elevado de los fármacos.
Referencia
1. Fralick M, Chen SK, Patorno E, Kim SC. Assessing the Risk for Gout With Sodium-Glucose Cotransporter-2 Inhibitors in Patients With Type 2 Diabetes: A Population-Based Cohort Study. Ann Intern Med. 14 Ene 2020. doi: 10.7326/M19-2610. PMID: 31931526. Fuente
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