La American Society of Clinical Oncology (ASCO) ha publicado, en el Journal of Clinical Oncology de mayo pasado, una nueva guía sobre el ejercicio, la dieta y el control del peso durante el tratamiento activo del cáncer en adultos.¹
Las guías se centran específicamente en pacientes con cáncer que actualmente están en tratamiento activo; fueron elaboradas por un panel multidisciplinario de expertos después de una revisión sistemática de la literatura publicada. Solo se consideraron los datos de los ensayos controlados aleatorizados.
El mensaje principal fue que los proveedores de oncología deben recomendar realizar ejercicios aeróbicos y de resistencia a los pacientes que se someten a un tratamiento activo con intención curativa, a fin de mitigar los efectos secundarios asociados con el tratamiento.
Los médicos también pueden recomendar el ejercicio preoperatorio para los pacientes que están programados para someterse a una cirugía por cáncer de pulmón.
Un segundo punto clave aborda los cambios en la dieta. La guía establece que no hay evidencia suficiente para respaldar una recomendación a favor o en contra de dietas específicas. Tampoco hay evidencia suficiente para apoyar las intervenciones intencionales centradas en la prevención de la pérdida o el aumento de peso durante el tratamiento activo del cáncer.
Durante el periodo de tratamiento, muchos pacientes con cáncer buscan hacer los cambios de estilo de vida recomendados por su médico, lo que realmente esperan los expertos es que esta guía ayude a estimular ese debate y la acción en la clínica de oncología.²
Según los autores, aunque la falta de evidencia, especialmente para la dieta y el control del peso, limitó la cantidad de recomendaciones que finalmente se hicieron, el panel recomendó la incorporación del ejercicio en el tratamiento del cáncer para pacientes que reciben terapia sistémica y radioterapia, así como potencialmente en el entorno preoperatorio para pacientes con cáncer de pulmón.
La evidencia que respalda la recomendación sobre la actividad física muestra que las intervenciones de ejercicio durante el tratamiento activo reducen la fatiga, preservan la capacidad cardiorrespiratoria, el funcionamiento físico y la fuerza. En algunos grupos de pacientes, el ejercicio durante el tratamiento activo también puede mejorar la calidad de vida y reducir la ansiedad y la depresión.
Existe un bajo riesgo de eventos adversos asociados con el ejercicio durante el tratamiento.
No hubo información suficiente para recomendar a favor o en contra del ejercicio durante el tratamiento para mejorar los resultados del control del cáncer o las tasas de finalización del tratamiento.
Hay suficiente evidencia que respalda la recomendación de ejercicio preoperatorio para pacientes sometidos a cirugía por cáncer de pulmón, para reducir la duración de la estancia hospitalaria y las complicaciones posoperatorias. Sin embargo, estos mismos beneficios no fueron evidentes para quienes se sometieron a cirugía abdominal por tumores malignos gastrointestinales o genitourinarios.
En cuanto a la dieta, actualmente la evidencia es insuficiente para recomendar a favor o en contra de tipos específicos de dietas para mejorar los resultados relacionados con la calidad de vida, la toxicidad del tratamiento o el control del cáncer, esto incluye intervenciones como dietas cetogénicas o bajas en carbohidratos, dietas bajas en grasas, alimentos funcionales o ayuno. El panel no recomienda dietas neutropénicas (específicamente dietas que excluyen frutas y verduras crudas) para prevenir infecciones en pacientes con cáncer durante el tratamiento activo.
En la población general, la obesidad se ha relacionado con un aumento en el riesgo de varios tipos de cáncer. El panel señaló que ha habido pocos ensayos controlados aleatorizados que hayan evaluado las intervenciones de control de peso durante el tratamiento del cáncer. La mayoría de los estudios realizados hasta la fecha tienen cohortes pequeñas, tuvieron la pérdida de peso como criterio de valoración principal o evaluaron la viabilidad, pero aún no está claro qué efecto podría tener la pérdida de peso en los resultados notificados por los pacientes u otros desenlaces en pacientes con tratamiento activo.
En general, la evidencia sugiere que la pérdida de peso intencional es factible durante el tratamiento del cáncer (al menos en pacientes con cáncer de mama y posiblemente cáncer de próstata), pero hay evidencia limitada de que esto proporcione un beneficio significativo.
Referencias
Ligibel JA, Bohlke K, May AM, Clinton SK, y cols. Exercise, Diet, and Weight Management During Cancer Treatment: ASCO Guideline. J Clin Oncol. 16 May 2022: JCO2200687. doi: 10.1200/JCO.22.00687. PMID: 35576506. Fuente
May B. ASCO Guideline Endorses Exercise, Discusses Diet and Weight Management During Cancer Treatment. ASCO. Publicado el 18 de mayo de 2022. Fuente
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