Dr. Hernán Francisco Hervás
Presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Endocrinología, núcleo de Pichincha
Sé orgulloso de tu altruista oficio, y no doblegues tu cerviz al servilismo ni al comercio. Acude pronto y con empeño a aliviar el dolor de tu congénere y protege al hombre desde el inicio de su vida, hasta el ocaso de sus días. Brinda siempre una buena calidad de vida y no protejas su existencia contradiciendo su destino.
Busca la sabia decisión en el disciplinado estudio y en tu auténtica experiencia. Abre tu mente a nuevas suposiciones, pero mantente fiel a los rigurosos dictados del método científico como único camino seguro para desentrañar los misterios de la enfermedad y de la muerte.
Sé humilde frente al vasto conocimiento de las ciencias y sé valiente al reconocer tus deficiencias. ¡No escatimes en pedir ayuda!
Sé prudente al juzgar a tus pacientes, bríndales comprensión y ayuda, pero no malgastes tus buenas intenciones convenciendo al ignorante, al necio, al insensato.
Apártate de la indigna actitud del médico servil que comercia con su profesión y miente a sus pacientes con falsos tratamientos.
Respeta siempre la dignidad y libertad de las personas y protesta con encono contra la mediocridad, el engaño y la injusticia. No esperes reconocimientos, la única satisfacción es verificar la curación de tu paciente.
Finalmente, busca paz interior, salud física y mental y alegría de vivir, así de esta manera, podrás ejercer la medicina con entusiasmo y con amor.
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