Un análisis combinado de tres estudios prospectivos de cohortes, ha demostrado que patrones alimentarios con más potencial inflamatorio se asociaron significativamente con mayor frecuencia de enfermedad cardiovascular e ictus.
El análisis incluyó 210.145 mujeres y hombres estadounidenses que fueron objeto de seguimiento hasta por 32 años en los Nurses' Health Studies I and II y el Health Professionals Follow-up Study.
Los investigadores, pertenecientes a Harvard T.H. Chan School of Public Health and Harvard Medical School, en Boston, Estados Unidos, publicaron su estudio en la edición de noviembre del Journal of the American College of Cardiology.¹
Tras el ajuste con respecto al uso de fármacos antiinflamatorios y factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, aquellos cuyo patrón alimentario se ubicó en el quintil más alto del potencial inflamatorio tuvieron aumento de 38% en el riesgo de enfermedad cardiovascular (hazard ratio al comparar los quintiles más altos con los más bajos: 1,38), 46% de incremento en el riesgo de miocardiopatía (HR: 1,46) y 28% de incremento del riesgo de ictus (HR: 1,28); p para la tendencia < 0,001 para todos.
El potencial inflamatorio de la dieta se evaluó utilizando un índice dietético basado en alimento, llamado "patrón inflamatorio dietético empírico" o EDIP. El patrón inflamatorio dietético empírico fue desarrollado hace 4 años por algunos de los autores que intervinieron en este estudio.²
Los investigadores agruparon todos los alimentos que las personas consumen en 39 grupos de alimentos definidos y efectuaron un análisis de regresión de rango reducido en el que se analizaron estos 39 grupos de alimentos y tres marcadores inflamatorios: interleucina-6, proteína C reactiva y receptor de factor de necrosis tumoral alfa-2. Encontraron 18 grupos de alimentos muy predictivos de estos biomarcadores, y calcularon el patrón inflamatorio dietético empírico como la suma ponderada de estos 18 grupos de alimentos.
Individuos que tenían ingestas más altas de vegetales de hoja verde (col, espinaca, arúgula), vegetales de hoja amarilla oscura (calabaza, pimientos amarillos, zanahoria), granos integrales, frutas, té, café y vino, tuvieron menos riesgo de enfermedad cardiovascular a largo plazo que aquellos con más ingesta de carnes rojas, carnes procesadas, vísceras, carbohidratos refinados y bebidas azucaradas.
Las asociaciones fueron congruentes en las cohortes y entre los sexos, y se mantuvieron significativas en múltiples análisis de sensibilidad en que se hizo ajuste con respecto al consumo de alcohol, tabaquismo en años-cajetilla, uso de fármacos hipolipemiantes y antihipertensivos, ingesta de sodio y presión arterial.
En un análisis secundario, las dietas con más potencial inflamatorio también se relacionaron con niveles de biomarcadores significativamente más elevados indicativos de más inflamación sistémica, vascular y metabólica, lo mismo que perfiles lipídicos menos favorables.
Los autores indicaron que uno de los objetivos era proporcionar orientación sobre patrones alimentarios y combinaciones de alimentos. Si se dice a las personas que consuman más grasas poliinsaturadas en vez de grasas saturadas o grasa trans, la mayoría de la población no sabe cuáles alimentos son más altos o más bajos en esos nutrientes, de igual manera, muchos alimentos tienen diferentes nutrientes, algunos de los cuales son buenos y otros son malos, en definitiva los investigadores querían ayudar a las personas a encontrar los alimentos con la mayor proporción de nutrientes sanos en vez de señalar los nutrientes específicos a evitar.
Los Investigadores utilizaron datos obtenidos de forma prospectiva de los Nurses' Health Studies I and II a partir de 1984, y del Health Professionals Follow-up Study. Después de excluir participantes con información faltante sobre dieta, o cardiopatía, ictus o cáncer previamente diagnosticados, se incluyeron en el análisis más de 210.000 participantes, que llenaron una encuesta cada cuatro años para verificar la ingesta alimentaria.
Expertos del Hospital Clínic en Barcelona, España, señalaron que podría ser el momento de elaborar mejores guías alimentarias,³ de mejorar el conocimiento de la protección a la salud que proporcionan diferentes alimentos y patrones alimentarios, principalmente sus propiedades antiinflamatorias, esto podría proporcionar la base para diseñar patrones alimentarios incluso más sanos a fin de proteger contra las enfermedades cardiacas, agregaron. Añadieron aceite de oliva extra-virgen, pescado graso y tomates a la lista de alimentos con "actividad antiinflamatoria establecida".
Los investigadores españoles indicaron que los hallazgos de este estudio confirman los de PREDIMED, que demostró reducción del riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores en individuos con alto riesgo cardiovascular asignados a un patrón alimentario mediterráneo antiinflamatorio complementado con aceite de oliva extra-virgen o frutos secos, en comparación con los asignados a una dieta reducida en grasas.⁴
En conclusión, los investigadores de Harvard indican que los resultados confirman que una dieta antiinflamatoria es útil para prevenir eventos cardiovasculares, y lo más importante, que los patrones de alimentación sanos pueden incluso ser más sanos si los sujetos aumentan el consumo de alimentos con el máximo potencial antiinflamatorio.
Referencias
1. Li J, Hoon DL, Hu J, Tabung F, y cols. Dietary Inflammatory Potential and Risk of Cardiovascular Disease Among Men and Women in the U.S. J Am Coll Cardiol. 10 Nov 2020;76(19):2181-2193. doi: 10.1016/j.jacc.2020.09.535. PMID: 33153576. Fuente
2. Tabung FK, Smith-Warner SA, Chavarro JE, Wu K, y cols. Development and Validation of an Empirical Dietary Inflammatory Index. J Nutr. Ago 2016;146(8):1560-70. doi: 10.3945/jn.115.228718. PMID: 27358416. Fuente
3. Estruch R, Sacanella E, Lamuela-Raventós RM. Ideal Dietary Patterns and Foods to Prevent Cardiovascular Disease: Beware of Their Anti-Inflammatory Potential. J Am Coll Cardiol. 10 Nov 2020;76(19):2194-2196. doi: 10.1016/j.jacc.2020.09.575. PMID: 33153577. Fuente
4. Estruch R, Ros E, Salas-Salvadó J, Covas MI, y cols. Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet Supplemented with Extra-Virgin Olive Oil or Nuts. N Engl J Med. 21 Jun 2018;378(25):e34. doi: 10.1056/NEJMoa1800389. PMID: 29897866. Fuente
Kommentarer